O así lo cree al menos Goodyear. El fabricante de neumáticos presentó en el último Salón Internacional del Automóvil de Ginebra el Eagle 360, una rueda esférica con revolucionarias prestaciones de manejabilidad, seguridad y conectividad.
En 2035 circularán por las carreteras de todo el planeta 100 millones de coches autónomos. O eso esperan al menos los fabricantes de este tipo de automóviles. A día de hoy, sin embargo, a los consumidores continúa preocupándonos cuál será la tecnología que permita garantizar la seguridad de este tipo de coches. Goodyear parece tenerlo claro: si reinventamos el coche, también habrá que reinventar la rueda. Y puestos a ello, acaba de presentar un neumático totalmente distinto a la conocido hasta la fecha: una esfera.
“Con la progresiva reducción de la intervención del conductor en los vehículos autónomos, el papel de los neumáticos será mucho mayor, al tratarse del único punto de contacto con la carretera”, aseguraba en la presentación Joseph Zekoski, vicepresidente y responsable técnico de Goodyear. La solución: un neumático esférico que pueda moverse en cualquier dirección y con gran capacidad de maniobra en espacios reducidos, como estacionamientos y calles congestionadas de zonas urbanas.
Al ser su área de superficie mayor, el desgaste sería muchísimo más lento. Además, al tratarse de un neumático inteligente, rodaría de forma inteligente, proporcionándole una vida más larga a la banda de rodamiento. Y eso no es todo, el Eagle 360 obtendría, mediante sensores, información de la superficie que pisa: tipo de asfalto, temperatura, estado de conservación, si está seco o mojado, etc., etc.,… adaptando su dureza a las condiciones de conducción y permitiendo variar la zona de contacto de forma dinámica y a medida de las necesidades.
Pero aún falta por responder a otra pregunta muy importante: ¿qué tipo de suspensión lleva un coche con ruedas esféricas? Porque, adiós a los ejes. La respuesta parece de ciencia ficción: los neumáticos Eagle 360 se conectarían al vehículo mediante “levitación magnética”, es decir, media un sofisticado sistema de “imanes” que uniría el chasis con los neumáticos. El resultado, desplazamientos más silenciosos y cómodos.