El 16 y 17 de marzo, la ciudad de Rota (Cádiz) ha sido la anfitriona del quinto Congreso Andaluz de Educación Vial, organizado por ATESVAN (Asociación de Técnicos en Educación y Seguridad Vial de Andalucía) y Fundación Smart Baby, con la colaboración de FETEVI (Federación Estatal de Técnicos de Educación Vial), Fiscalía General del Estado y Ayuntamiento de Rota.
Los nuevos modelos de movilidad urbana y las experiencias desarrolladas en Educación Vial en distintos puntos de nuestra geografía han sido el eje central sobre el que se vertebraron dos intensas jornadas de trabajo, que tuvieron como colofón la entrega de los III Premios ATESVAN – FUNDACIÓN SMART BABY a las buenas prácticas en Educación Vial.
Rota, 17 de marzo de 2023
A caballo entre la desembocadura del Guadalquivir y la entrada de la Bahía de Cádiz, entre extensos pinares y dunas que en algunos casos llegan hasta la misma playa, se erige Rota animada y bulliciosa.
Fiel a su histórica imagen de puerto comercial, punto de encuentro de distintas culturas desde época de los fenicios, y en el que hoy se mezcla el “andalú” con el inglés estadounidense –un atractivo cultural y turístico único, fruto de las más de seis décadas de convivencia entre los vecinos del municipio y la comunidad norteamericana destinada en la Base Naval–, de los roteños decía Almudena Grandes que “tienen talento para vivir”.
Y debe de ser muy cierto. Porque si bien durante el V Congreso Andaluz de Educación Vial celebrado en esta localidad el 16 y 17 de marzo no ha dado tiempo a constatar hasta ese punto, sí hemos tenido el suficiente para comprobar que, como afirmaba esta enorme escritora –hija adoptiva de Rota, pues es allí donde pasaba sus veranos junto a su familia y amigos–, EN LAS CALLES DE ROTA SUENA LA VIDA.
Suena la vida en Rota, porque se viven sus calles. Es decir, estas últimas son mucho más que un mero espacio de desplazamiento y aparcamiento, manteniendo en muchos casos su función de disfrute, de relación y de socialización, de juego y de aprendizaje de los niños, de las charlas de mayores,…
Suena la vida porque la planificación de los modos de transportes no ha acaparado todo el espacio, lo que permite la buena vida de sus vecinos. En definitiva, porque el rol de las personas no es el de meros peatones.
Pero supongamos que así fuera. Y que las personas que nos desplazamos a pie debiéramos de seguir asumiendo el rol y las reglas del “peatón”. Pues incluso así, todos deberíamos de ser conscientes de que, si de 47 millones de españoles que somos, solo 16,3 millones –poco más de un tercio de la población– dispone de permiso de conducir tipo B, no hay lógica que justifique que entre el 70 y 80% del espacio público continúe destinándose a la circulación y el aparcamiento de sus coches particulares.
Algo que ya se constató en plena pandemia cuando, tras el confinamiento, la gente volvió a salir a la calle y se dio cuenta de que disponía de muy, pero que muy poco espacio. Y que hoy está acelerando una transformación en materia de movilidad urbana, que ya no tiene vuelta de tuerca.
¿Hay que cambiar entonces la reglas del juego en la movilidad urbana? ¿Es necesario el cambio en los modelos de movilidad?
Con esta pregunta arrancaba el V Congreso Andaluz de Educación Vial y la respuesta ha sido un rotundo SÍ.
Todos los participantes hemos coincidido en que los modelos de movilidad urbana deben de ser diseñados conforme a criterios de eficiencia energética, medioambientales, de equidad social, vulnerabilidad, siniestralidad y calidad de vida. Colocando a los peatones –todas las personas en general, pero atendiendo de forma especial a menores, mayores y personas con movilidad reducida que no pueden acceder a modos de transporte motorizados– como destinatarios principales de todas las políticas de movilidad, de modo que estas últimas sean activas, autónomas, seguras y sostenibles. ¿Quién se atrevería a cuestionar algo así a estas alturas?
En esencia, se trata de un objetivo que forma parte del propio ADN de ATESVAN-FETEVI y que ya desarrolla la nueva Ley de Movilidad Sostenible: el derecho de todos los ciudadanos y ciudadanas a disfrutar de un sistema de movilidad sostenible que facilite la realización de sus actividades personales, empresariales y comerciales, prestando especial atención a los supuestos de movilidad obligada.
Pero es en esta última frase, “prestando especial atención a los supuestos de movilidad obligada”, donde se ha decidido colocar acertadamente el acento en el V Congreso Andaluz de Educación Vial. Es decir, en que más allá de la teoría, para reducir el uso del coche particular, los ciudadanos deben de poder acceder y cubrir sus necesidades básicas de abastecimiento, educación, cuidado y salud e, incluso más allá, de trabajo y de ocio, a pie, en bici o mediante mejores conexiones de transporte público.
Algo inviable aún a día de hoy (con barriadas urbanas cada vez más dispersas y ciudades estructuradas por zonas para dormir, para trabajar, para comprar,…), si las administraciones públicas no se concentran en trabajar en estos tres aspectos:
- Los servicios básicos, descentralizándolos y ubicándolos a distancias o radios de influencia abarcables a pie o mediante modos de transporte sostenible.
- La calle, priorizando su uso peatonal y la convivencia del tráfico motorizado con los nuevos modos de transporte de bajo impacto, de modo que se reactive la vida en las calles y vuelva a sonar en ellas la vida.
- Y el transporte público, mediante redes bien conectadas y mejores frecuencias que garanticen el uso cercano y accesible, para todos.
Y todo ello, por supuesto, sin olvidar el pilar fundamental sobre el que se erige cualquier cambio en los modelos de movilidad urbana y el fomento de modos de transporte más seguros y respetuosos con el medio ambiente: LA EDUCACIÓN (en actitudes, con “c”, como una parte más de la educación cívica y en valores, que facilite la convivencia en las vías públicas).
El trabajo de los técnicos profesionales de Educación Vial, más necesario que nunca
Durante décadas, la Educación Vial ha sido fundamental para avanzar en la reducción de la siniestralidad y se ha venido impartiendo mediante sesiones especiales a cargo de policías locales y otras fuerzas de seguridad como Guardia Civil, en espacios específicos, como son los parques infantiles de educación vial, o en los propios colegios, enseñando las normas y las señales, el uso del cinturón de seguridad, etc…
Que los niños educados y concienciados en seguridad vial serían los conductores responsables de mañana, era el claim más usado a nivel institucional y en todos los Congresos y Jornadas de Educación Vial hasta la fecha. Pero esto está cambiando también, fruto de las transformaciones sociales, pero también de las buenas actitudes, en materia de convivencia, transmitidas a lo largo de décadas por estos técnicos profesionales.
Era inevitable que a más educación, creciese la reivindicación de espacios más sostenibles y saludables, y de más educación. Por lo que en este curso 2022/23 la Educación Vial se ha convertido, por fin, en contenido reglado y evaluable dentro del currículo básico fijado en las etapas de educativas de Primaria, Secundaria y Bachillerato, con el objetivo de ir desarrollando desde etapas tempranas hábitos de movilidad activa, autónoma y saludable entre los menores, mucho más allá de que en el futuro conduzcan o no su propio vehículo.
Además, la bicicleta es en la actualidad el vehículo que más se usa para estas clases, regladas o no de Educación Vial. Un modo de transporte que motiva y gusta a los menores y que es perfecta para adquirir competencias de seguridad vial y hábitos saludables, por lo que también ha sido introducida en los colegios, como contenido dentro del área de Educación Física.
La Educación Vial ha quedado reglada así dentro de varias asignaturas, por lo que la formación del profesorado por parte de técnicos expertos en la materia que han dedicado toda su vida profesional a la educación y seguridad vial es hoy más necesaria que nunca.
ATESVAN continuará apostando por la Educación Vial de los estudiantes de CC de la Educación
Todo ello copó también buena parte del V Congreso Andaluz de Educación Vial, dado que ATESVAN es una asociación pionera en la formación de formadores y colabora de forma activa con las facultades de CC de la Educación andaluzas para que la Educación Vial deje de ser la asignatura pendiente para el alumnado de las facultades de Educación, donde hoy se forman los futuros maestros que mañana serán los encargados de transmitir valores de movilidad segura y sostenible en las aulas.
Para ellos y para el resto de técnicos especialistas en Educación Vial se mostraron en Rota una recopilación de experiencias y buenas prácticas realizadas por policías locales y técnicos de, entre otros, Rota, Málaga, Sant Boi de Llobregat (Barcelona), Ávila, Sanxenxo (Pontevedra), Priego (Córdoba), Mairena del Aljarafe (Sevilla) o Roquetas de Mar (Almería).
Municipios todos ellos en los que, gracias al trabajo de estos profesionales de la Educación Vial, y como en Rota, pueden presumir de calles en las que no se oye tanto el tráfico, porque lo que suena es la vida. Ojalá este V Congreso Andaluz de Educación Vial sirva para eso. Para… ¡¡¡QUÉ LA VIDA SUENE EN MÁS CALLES!!!