En 2022 se produjeron 1.042 siniestros mortales en las carreteras españolas en los que fallecieron 1.145 personas y otras 4.008 resultaron heridas graves. Ello significa 44 fallecidos más (+4%) y 425 heridos graves menos (–10%) que en 2019, año de referencia y previo a la pandemia. Pero con respecto a 2021 son 143 personas fallecidas más (+14%), lo que da prueba del balance negro presentado por Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior.
Constituye un clásico en la agenda de todos los profesionales de la Seguridad Vial. La vuelta a la rutina tras las fiestas navideñas comienza el lunes posterior a la festividad de los Reyes Magos con la presentación en el Ministerio del Interior del Balance provisional de Siniestralidad Vial. Que nunca es un regalo, porque cada fallecido en nuestras carreteras es un fracaso de las políticas públicas de prevención y reducción de la siniestralidad. Y que en 2022 han dado como resultado un balance muy negro, aunque ya anunciado: 1.145 personas fallecidas, lo que supone un 4% más que en 2019, año de referencia, y un 14,27% más que en 2021.
En la presentación del balance provisional de siniestralidad vial 2022, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, señaló que “toca analizar las cifras y seguir trabajando para atajar las causas, reducir los fallecimientos y contribuir a concienciar a la ciudadanía sobre el drama de los siniestros viales y sus dolorosas consecuencias”.
Y todo ello, para pasar a continuación a contraponer y hacer hincapié en, como si de un éxito se tratase, la evolución del número de fallecidos en carreteras en relación con los millones de desplazamientos de largo recorrido realizados en los mismos periodos. Que si bien, también han superado los niveles prepandemia, no han aumentado tanto como la siniestralidad: el número de movimientos en 2022 solo se incrementó un 2,96% con respecto a 2019, y un 11,71% con respecto a 2021.
Principales cifras de siniestralidad 2022
Por tipo de vía, las carreteras convencionales volvieron a ser las que más fallecidos registraron en 2022. 833 personas fallecieron en siniestros de tráfico en estas carreteras (73%), frente a las 312 en autopistas y autovía (27%), de modo que de cada 4 fallecidos, 3 fueron en carretera convencional y 1, en autopista y autovía.
Por tipo de usuario, el 71% de las víctimas eran los propios conductores de los vehículos, el 18% eran pasajeros de los mismos y el 11% fueron peatones. Esto se traduce en que 1 de cada 10 fallecidos en carretera es un peatón. En 2022 fallecieron 126 peatones en carreteras, 58 de ellos, en autopistas y autovías (3 de cada 10 porque fueron atropelladas cuando se habían bajado del vehículo).
Destacar también que 142 personas fallecidas que viajaban en turismo y furgoneta no llevaban puesto el cinturón de seguridad en el momento del siniestro. Tampoco hacían uso del casco 9 ciclistas y 5 motoristas, unos datos inexplicables a estas alturas en las que todas y todos conocemos la importancia de los accesorios de seguridad.
En Seguridad Vial están fallando muchas cosas
Este balance negro de la siniestralidad vial es la evidencia de que en materia de Seguridad Vial están fallando muchas cosas, y todo ello a pesar de los esfuerzos y recursos de la DGT destinados a erradicar esta otra pandemia, la del tráfico. 1.145 personas fallecidas en carreteras nos sitúa en los mismos datos de siniestralidad vial de hace prácticamente una década (en 2013 fueron 1.132 las personas fallecidas en carretera). Y esto no puede interpretarse como casual.
Ante el incremento de la siniestralidad, en la rueda de prensa de presentación del balance provisional de siniestralidad vial 2022, al ministro Fernando Grande-Marlaska se le preguntó por la eliminación del margen de 20 kilómetros por hora (km/h) para realizar adelantamientos. A lo que el titular de Interior respondió que como esta medida no entró en vigor hasta marzo, será en marzo de 2023 cuando se procederá a hacer una valoración de sus efectos.
Reforzar la Educación Vial en todos los niveles
Pero son muchas las asociaciones que piden su eliminación inmediata, sospechando que ha podido tener un efecto negativo para la seguridad vial. “No funciona ni poner más radares ni la eliminación de ese margen de adelantamiento, pensando que reduciendo la velocidad se puede bajar la siniestralidad”, señala María José Alonso, vicepresidenta de la Plataforma Motera para la Seguridad Vial (PMSV), quien aboga por que se deje de “parchear” y se apueste claramente por reforzar la educación vial en todos los niveles, desde la escuela hasta en las autoescuelas.
En la misma línea apunta Ana Novella, presidenta de Stop Accidentes, quien opina que tras la pandemia se ha generado un “efecto champán: el salir como si no hubiera un mañana y sin respetar las normas. Esperemos que sea algo puntual”.
Lo que es evidente que estamos ante una situación que requiere, mucho más allá del análisis, medidas concretas y urgentes. Porque, como muy bien dice Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), “no se puede continuar dando una visión errónea de la situación, en la que se trata de minimizar la gravedad comparando las cifras de siniestralidad con años anteriores”.
Efectivamente, y coincidimos en Fundación Feu Vert, afirmar que el número de fallecidos solo ha aumentado un 4% con respecto a 2019, cuando en realidad lo que se ha incrementado es un 14% con respecto a 2021, demuestra que la seguridad vial no es que haya entrado en proceso de parálisis, sino que está en claro retroceso. Y hay que hacer algo, pero inmediatamente, ¡YA!
Para más información, descarga aquí:
Nota de prensa de la Dirección General de Tráfico
Informe de Siniestralidad Mortal en Vías Interurbanas 2022 (fallecidos a 24 horas)
