Un cuento para toda la familia
Un cuento del CENEAM (Centro Nacional de Educación Ambiental) que reflexiona sobre las dificultades de niños y niñas en su relación con el medio urbano, centrando especialmente la atención en aspectos urbanísticos, de movilidad y culturales-educativos.
Érase una vez
Os presentamos a Caperucita, pero esta Caperucita no vive en el bosque sino en la ciudad. Tiene 9 años y es muy lista, pero va de la mano porque a sus papás les da miedo que salga sola.
Caperucita, Caperucita, ¿dónde estás?
Como no puede bajar a jugar a la calle, Caperucita se pasa las horas muertas en casa –viendo la tele, jugando a videojuegos…–, cuando lo que necesita es moverse para crecer feliz.
Toma la cesta
La abuelita de Caperucita se ha puesto enferma y alguien tiene que llevarle la merienda. ¡Es la oportunidad de Caperucita, que suplica a su madre que la deje ir sola! ¿Se atreverá por fin a confiar en ella?
Caperucita en la ciudad
Caperucita vive su primera aventura: llegar sola a casa de su abuelita. Ella es la única niña en la calle. Años atrás habría encontrado a muchos otros niños jugando, ¿cómo ha podido ocurrir estos? Aunque se desorienta un poco, un señor le ayuda a reencontrar el camino.
El coche feroz
Caperucita camina muy atenta por si aparece algún coche feroz. De repente ve el coche nuevo de la abuela ¡tan moderno y bonito!, pero piensa que los coches han devorado la ciudad y le quitan el espacio para que jueguen los niños.
Caperucita camina en compañía
¡Misión cumplida! Caperucita se despide de su abuela y regresa a casa antes de que anochezca. En el camino de vuelta encuentra a un perro, saluda al cartero e incluso ve a unos amigos. Ahora sí que la calle tiene vida… ¡Cuántas cosas para contarle a su mamá!