Así lo afirma ASEPA (Asociación Española de Profesionales de Automoción) en su informe, “El automóvil en la movilidad sostenible”. Sus autores destacan, además, que el automóvil seguirá siendo protagonista en la movilidad del futuro y que los vehículos eléctricos vienen imparables aunque los motores térmicos continuarán siendo imprescindibles a corto y medio plazo.
Encargado el informe a ingenieros industriales y catedráticos independientes, entre ellos del INSIA (Instituto Universitario de Investigación del Automóvil), Cidaut (Fundación para la Investigación y Desarrollo en Transporte y Energía), CMT-Motores (Universidad Politécnica de Valencia), este nuevo estudio sobre el papel del automóvil en la movilidad sostenible se resume en cinco puntos destacados, según sus autores:
1. El automóvil continuará siendo protagonista en la movilidad del futuro
Según la opinión de los expertos consultados, “los automóviles han contribuido y contribuyen en la actualidad, más que cualquier otro modo de transporte, a la socialización de la movilidad, al desarrollo económico y al bienestar social, especialmente en los países de mayor desarrollo”.
Los análisis de tendencia realizados por diferentes investigadores y consultores señalan que el parque mundial de automóviles que en la actualidad ronda los 1.000 millones, se duplicará, previsiblemente, para 2030.
2. La disponibilidad energética podría condicionar la movilidad a medio plazo
Los problemas de disponibilidad energética y los impactos medioambientales a escalas global y local exigen decisiones estratégicas y soluciones tecnológicas a corto, medio y largo plazo, que hagan posible la evolución de la movilidad, de forma sostenible, compatible con la satisfacción eficiente de las demandas y preferencias de los usuarios.
Afirma ASEPA que las mejoras tecnológicas de los sistemas actuales de propulsión y los desarrollos de nuevos sistemas no dependientes del petróleo permiten contemplar el futuro con optimismo. En el ámbito de la innovación, aportan ya soluciones a este problema.
3. Los motores térmicos seguirán siendo imprescindibles en el corto y medio plazo
Todas las opciones son necesarias y cada una presenta ventajas e inconvenientes. La evolución de los vehículos en los últimos años ha sido tan rápida y efectiva, que los que se producen hoy han reducido considerablemente el consumo a igualdad de prestaciones y las emisiones contaminantes son muy inferiores a las de vehículos del año 2004. Estos hechos se demuestran, según los autores del informe, en estos datos:
Los vehículos diésel han reducido en un 90% la emisión de partículas y en un 84% la de NOx.
Los vehículos de gasolina han reducido en un 60% las emisiones de CO y de NOx.
La evolución en los vehículos de gas es similar a la de los motores de gasolina.
El “coche nuevo promedio” del 2021 emitirá cerca de un 50% menos de CO2 por kilómetro de homologación que el de 1995.
4. Los vehículos eléctricos vienen imparables pero no son la solución milagrosa a corto plazo
La sustitución progresiva de vehículos que consumen combustibles fósiles es una tendencia que ayudará a asegurar la sostenibilidad de la movilidad actual y, sobre todo, su crecimiento a escala mundial. No obstante, su presencia en el parque será reducida en el corto plazo, según ASEPA.
En el Global EV Outlook 2017, elaborado por la Agencia Internacional de Energía, los objetivos de crecimiento apuntan a un parque mundial de Vehículo Eléctrico entre 9 y 20 millones en 2020 y entre 40 y 70 millones en 2025.
Para que se logren incrementos más significativos de la presencia de vehículos eléctricos deben superarse diversas barreras: infraestructuras de recarga, tiempos de recarga, vida, coste y autonomía de las baterías y energía almacenada por kg. de batería.
5. El usuario debería comprometerse más con el uso energéticamente eficiente de los vehículos
Para los investigadores, los usuarios de vehículos son los que deberían asumir un papel corresponsable más activo ante los retos energéticos y medioambientales de su propia movilidad, comprometiéndose de forma efectiva en la reducción de los impactos de sus vehículos particulares sobre el medio ambiente. ¿Cómo?
Llevando a cabo una conducción eficiente que reduzca el consumo de energía hasta el 20% y el impacto ambiental en un 30%.
Mediante un adecuado mantenimiento del vehículo, que es lo que asegura valores de emisiones y consumos similares a los de fábrica hasta por lo menos los 160.000 kms.
Racionalizando el uso del vehículo particular, especialmente en las ciudades.