Lluvia, nieve, hielo, niebla… Son algunos de los contratiempos que nos podemos encontrar en las carreteras. Si además tiene que conducir de noche, el riesgo se incrementa. Anticípese al peligro y siga estos consejos para conducir en situaciones difíciles.
1.- Revise el coche antes de iniciar el viaje
Pocos minutos hacen falta para revisar el dibujo y la presión de los neumáticos, el estado de las bujías, escobillas, luces –no olvide llevar bombillas de respuesto– y el nivel del líquido de frenos. Compruebe que la batería tenga suficiente agua destilada y eche un vistazo a los bornes para que estén bien limpios y bien apretados. Tampoco se olvide de rellenar el circuito de refrigeración con antigongelante y eche otro poquito en el depósito del limpiaparabrisas.
2.- Con lluvia
Ante todo hay que esta atento a las primeras gotas ya que cunado se unen a la suciedad del asfalto crean una película muy deslizante. Lo mejor es que reduzca la velocidad y deje más distancia con el vehículo que le preceda. Recuerde también que los frenos mojados no funcionan como en seco, así que no está de más que toque el pedal varias veces para que las pinzas sequen los discos. Otra pega de la lluvia es la falta de visibilidad. Acuérdese de encender las luces de cruce y suba la velocidad del limpiaparabrisas antes de adelantar o ser adelantado. Se se empañan los cristales, la mejor solución es conectar la calefacción hacia la luna delantera y apretar el botón del aire acondicionado.
3.- Con niebla
En cuanto aparezca la espesura, encienda las luces de cruce y las de antiniebla –si la niebla es muy espesa, de lo contrario puede molestar a los que vienen de frente– y olvídese de las largas porque su alto haz rebotará en las gotas en suspensión y terminará por deslumbrarse. También debe reducir la marcha, conectar la calefacción para desempañar los cristales y no forzar la vida para evitar dolores de cabeza. Utilizaremos las marcas horizontales de la calzada como guías y extremaremos la precaución cerca de ríos y zonas húmedas donde la niebla pueda ser más espesa. Acuérdese de desconectar las antiniebla una vez superado el banco de niebla.
4.- Con nieve
Si no tiene más remedio que coger el coche, llene el depósito ya que si se quedase tirado necesitaría calefacción para no congelarse. Dosifique con suavidad el acelerador, arranque en segunda y circule con marchas intermedias. Fíjese en que las ruedas de cada lado tengan el mismo agarre para que el vehículo no gire como una peonza. En alguna situación no tendrá más remedio que utilizar cadenas por lo que asegúrese de llevar un juego en el coche. Y una vez más… ¡reduzca la marcha!
5.- Con hielo
Debe tomar las mismas precauciones que cuando nieva pero multiplicadas por dos, debido a que el neumático no se hunde como en la nieve y la facilidad para patinar es mayor. Arrancaremos el vehículo con marchas largas, reduciremos la velocidad, actuaremos sobre el volante y los pedales con suavidad y, en el caso de que el vehículo no tenga sistema ABS, frenaremos con el motor siempre que sea posible. Debemos tener especial cuidado al circular por zonas sombrías, puentes y proximidades de arroyos en las que será más fácil encontrar hielo, sobre todo si la temperatura es inferior a los cero grados, durante la noche y las primeras horas del día.
Consulte el estado de las carreteras
Antes de salir de viaje, consulte el estado de las carreteras y la previsión meteorológica. Además, si puede, evite salir en días y horas punta. No olvide estudiar una ruta alternativa. Puede informarse a través de la DGT (www.dgt.es o llamando al 900 123 505), los boletines del Servicio de Información del Tráfico de las distintas emisoras de radio en todo el territorio nacional o a través del teléfono 011
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