ABS, ISOFIX o ESP son algunas de las más de 400 nombres y siglas de elementos de seguridad para el coche presentes actualmente en el mercado, según un informe de la Fundación Mapfre en el que se aboga por hacer comprensible para los compradores la información sobre la seguridad de los vehículos y se repasa el impacto que ha tenido estos sistemas en la mejora de la seguridad vial.
En este sentido, el informe, titulado ‘Evolución de los sistemas de seguridad entre 2007 y 2012. Análisis de la evolución del equipamiento de seguridad de serie en turismos’, apuesta por simplificar «la infinidad de nombres y siglas», resumiendo de modo breve y claro los equipamientos con los que cuenta cada vehículo puesto a la venta.
Según el trabajo, las campañas publicitarias de las marcas han centrado la atención en valores como la velocidad, la potencia, el diseño y, últimamente, el consumo y las emisiones de CO2, «resultando muy llamativa la falta de referencia a la seguridad activa y pasiva de sus productos».
A ello se suma que los consumidores no suelen demandar información precisa sobre los elementos de seguridad porque, a juicio de la fundación, «no existe una cultura de la seguridad incorporada al vehículo». Así, «resulta necesario realizar una gran labor de divulgación y popularización de lo que puede aportar un vehículo en materia de seguridad activa y pasiva para evitar un accidente de tráfico o reducir sus consecuencias», según la Fundación Mapfre.
En general, el trabajo señala que la evolución de los sistemas de seguridad activa y pasiva en los vehículos ha sido uno de los principales factores en «la notable reducción del número de víctimas en accidentes de tráfico en los últimos años».
Para llegar a estas conclusiones, el informe analiza los elementos de seguridad de serie en los modelos más vendidos en España en los últimos seis años y estudia de modo individual el equipamiento de un total de 20 sistemas de seguridad instalados de serie en 16 segmentos diferentes de vehículos. De este modo, el estudio cubre cerca del 90 por ciento de todos los vehículos matriculados en España en el periodo citado.
Del informe, el segundo que realiza dicha entidad en esta materia, se desprende que algunos de los elementos básicos de seguridad, como airbags frontales, el sistema antibloqueo de frenos (ABS) o el control electrónico de estabilidad (ESP), entre otros, están presentes de forma masiva en los vehículos. Ello se debe principalmente a las normas de seguridad de la Unión Europea y al esfuerzo de los fabricantes que, a pesar de la crisis económica, continúan desarrollando sistemas tecnológicos innovadores y, lo más importante, ofreciéndolos a costes cada vez menores.
También subraya que otros sistemas con un gran potencial para evitar lesiones y accidentes en los próximos años, como el sistema de alerta de colisión con frenado automático, tienen aún una presencia «casi testimonial» como elemento de serie en los automóviles. «Se trata de sistemas de seguridad imprescindibles desde el punto de vista del objetivo Visión Cero accidentes mortales y graves», ha señalado el Julio Laria, director general del Instituto de Seguridad Vial de Fundación Mapfre durante la presentación.
El informe también destaca que la demanda de los consumidores, que empiezan a percibir la seguridad vial como una responsabilidad propia, influye de modo muy directo en que los fabricantes de vehículos incorporen determinados elementos de seguridad, como el sistema de sujeción para sillas de seguridad infantiles, ISOFIX, o la activación de las luces (intermitentes) de emergencia. Junto a estos sistemas, también destaca la distribución electrónica de frenada, que se incorpora de serie desde hace tiempo en casi todos los segmentos de vehículos, tanto en los más pequeños como entre los más grandes.
LOS MÁS ECONÓMICOS, LOS MENOS EQUIPADOS
Por lo general, los vehículos de los segmentos más pequeños y más económicos son los que también cuentan con menor número de sistemas de seguridad. Según Julio Laria, «esta circunstancia es normal, si se considera el impacto sobre el precio final del equipamiento de seguridad en dichos vehículos pero, que en cualquier caso, se trata de distancias que es preciso ir reduciendo».
El trabajo también analiza si existen diferencias de seguridad entre modelos idénticos en diferentes mercados y concluye que el comprador nacional se encuentra en circunstancias parecidas a las de sus vecinos del Reino Unido, Alemania o Francia, ya que, en general, los niveles de seguridad son similares en todos los países analizados.
Laria ha señalado que «la seguridad no puede ser opcional, tiene que venir de serie y no es una inversión baldía» y que cada día son cientos los sistemas de seguridad de los vehículos que trabajan para proteger la vida de los ocupantes. El siguiente dato, que recoge el informe, lo demuestra: sólo en el año 2012 se repararon más de 52.000 vehículos cuyos sistemas básicos de seguridad pasiva se habían activado en accidentes de circulación. El importe de estas reparaciones ascendió a 318 millones de euros.
La fundación recomienda a los conductores que, a la hora de adquirir un vehículo, soliciten información precisa sobre las ventajas y las limitaciones de los dispositivos de seguridad, activa y pasiva (ESP, distribución electrónica de la frenada, activación automática de las luces de emergencia, cinturones de seguridad, pretensores, ISOFIX y airbags, entre otros), así como elementos de asistencia a la conducción (como el control de velocidad de crucero, sistema de alarma de colisión o aviso de cambio involuntario de carril).
Fuente: europa press