La madre de Helena, que murió por culpa de una conductor borracho, pide que todas las asociaciones de víctimas se unan para solicitar una modificación en la Ley de Víctimas de Delitos, de modo que los victimarios no queden en libertad preventiva, incluso antes de que sus víctimas sean enterradas.
El próximo domingo, 21 de noviembre, se conmemora en Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas del Tráfico. Flor Zapata ya ha conmemorado 17 años desde que un conductor borracho acabase con la vida de Helena, su única hija. Tenía solo 20 años. Por eso a Flor le gusta hacerse llamar “Madre sin hijos”. Bajo este nombre escribe uno de sus dos blogs. El segundo es “¡Quiero conducir! ¡Quiero vivir!”. Durante 17 años ha escrito cientos de artículos, algunos de ellos con enorme repercusión en los medios de comunicación. Siempre con el mismo mensaje: que se haga todo lo posible por retirar de calles y carreteras a los conductores temerarios que abusan del alcohol, las drogas o la velocidad.
Como el conductor que mató a Helena, arrastrando, de paso y para siempre, también la vida de sus padres. Si ese día, hace 17 años, por estar borracho, ese conductor no hubiese podido coger su vehículo, la historia de la familia de Flor hubiese sido distinta. Pero continuaría siendo igual para miles y miles de otras familias que han perdido, y tristemente siguen perdiendo, a hijos, padres, hermanos, nietos, a manos de conductores que no valoran su vida y, mucho menos, la del resto.
Por eso Flor, aún sin ganas y profundamente cansada ya porque nada cambia, y pese a haberse prometido que el de 2021 sería su último Manifiesto, ha vuelto a obligarse a escribir, en solidaridad con todas las nuevas “Madres sin hijos” y en respuesta a las decenas de ayuntamientos que ya han convertido en una especie de ritual hacer público lo que escribe Flor para el día de las víctimas.
“Luego me volveré a hundir en la depresión que produce ser una víctima en una sociedad que solo considera víctima a las de terrorismo y género”, dice Flor, con la angustia de que, no solo no se reconozca la experiencia de un dolor que es imposible curar, sino cuyo sufrimiento no deja de aumentar por la indiferencia y la constante invalidación del entorno.
Precisamente por esto, por ponerle voz a las miles de víctimas que nunca salen en los medios, que quedan rebajadas en el olvido y la indiferencia, agradecemos a Flor que en 2021 haya escrito un nuevo Manifiesto. Además, con una petición muy especial, basada en el concepto de víctima, lo que son las víctimas de los siniestros de tráfico:
MANIFIESTO DE UNA MADRE POR EL DÍA MUNDIAL EN RECUERDO DE LAS VÍCTIMAS DEL TRÁFICO
Desde 2005, y por petición expresa de la OMS, el tercer domingo de noviembre se conmemora el DIA MUNDIAL EN RECUERDO DE LAS VÍCTIMAS DE TRÁFICO O TRANSITO. Las víctimas preferimos llamarlo, El Día Mundial Recuerdo de las Víctimas de Siniestros de Tráfico. Desterremos la palabra “Accidente”, porque en su gran mayoría se pudieron evitar.
Esta madre que perdió a su hija por un conductor borracho, ha escrito cada año un manifiesto. Pero aún quedan muchas cosas por hacer y cambiar para evitar las muertes en el asfalto.
Por tanto, pido a los gobiernos, actuales y venideros, a los ayuntamientos, a los jueces, a las instituciones, y a la sociedad en general, porque todos debemos estar implicados y comprometidos en disminuir esta pandemia, que no se piensa como tal, que tengan en cuenta estas peticiones.
Las víctimas estamos cansadas de pedir más y mejor justicia, para unas muertes de inocentes por culpa de conductores borrachos, drogados, violentos, e irresponsables que utilizan el coche como un arma de matar.
Algunos jueces no disponen cárcel preventiva superior a 24 horas, para aquellos delincuentes viales que producen muerte y cuando estamos dando sepultura a nuestros seres queridos, ellos, los que han producido la muerte, ya están en la calle.
Es por ello, que quiero apelar a una modificación del Estatuto de las Víctimas de Delitos, que en su propia definición dice así: Elaborar una ley constitutiva del estatuto jurídico de la víctima del delito es ofrecer desde los poderes públicos una respuesta lo más amplia posible, no sólo jurídica sino también social, a las víctimas, no sólo reparadora del daño en el marco de un proceso penal, sino también minimizadora de otros efectos traumáticos en lo moral que su condición puede generar, todo ello con independencia de su situación procesal.
Este manifiesto, este año, además de seguir insistiendo en peticiones anteriores y que aún no se han resuelto, quiere centrarse en una primera petición que las asociaciones de víctimas deberían hacer suya, puesto que para que se haga realidad, deben ser dichas asociaciones las que lo pidan.
Y dicha petición es la siguiente:
- La Ley de Víctimas de Delitos debe recoger que, las víctimas de siniestros de tráfico, como víctimas de delitos que también somos, tengamos el derecho a que el victimario no permanezca libre mientras que estamos dando sepultura a nuestros familiares, ni durante un tiempo crucial de nuestro duelo. Todo aquel delincuente vial culpable de producir muerte, deberá permanecer en la cárcel, desde el momento en que es detenido o producido el hecho, por un periodo negociable con las víctimas, no computable con la condena que le fuera impuesta una vez juzgado por el delito cometido, y que, por lo general, no se llevará a cabo hasta pasado unos tres años.
- Pido a la Fiscalía General de Seguridad Vial, y a los fiscales en general, que apoyen redacten, modifiquen o dicten las normas necesarias para llevar a cabo esta modificación de la Ley de Víctimas de Delitos, petición que haría un poquito más llevadero nuestro duelo. Es de justicia y nos lo deben como víctimas que somos.
Ya que jurídicamente no hay forma de que se admita endurecer las penas o aplicarlas en su máximo grado, para los delitos contra la Seguridad Vial, esta sería una forma de ayuda moral a las víctimas indirectas de siniestros viales. - Pido a los gobiernos y ayuntamientos que hagan lo posible por crear políticas viales en las que se tengan en cuenta el cambio climático, apostando por una movilidad sostenible y tomando medidas que reduzcan la contaminación de ciudades.
- Asimismo, que potencien el transporte público, y propicien y favorezcan, cada vez más, los “caminos seguros al cole”. Al igual que la enseñanza temprana de seguridad vial a los niños es fundamental, también hay que sembrar el objetivo de ir andando al colegio. También deben favorecer el uso de bicicletas o patinetes, de una forma segura y exenta de compartir riesgo con los coches.
- Debemos apartar los coches de las puertas de los colegios lo máximo posible, para evitar desgracias como el reciente atropello de niñas.
- Pido que de una vez por todas, dejemos de ser un país de borrachos, y para circular la tasa de alcohol permitida sea «cero, cero».
- Pido un protocolo extensible a todas las comunidades, policías locales, guardia civil, mossos, erztaintza… para que las pertenencias de una víctima de siniestro de tráfico sean custodiadas por las mismas y no sean abandonadas en el arcén o dejadas en el coche, a mano de cualquier desaprensivo, ni se les encargue su custodia a los profesionales de grúas, que ya tienen bastante con su labor de desalojar del asfalto un montón de chatarra.
- Pido verdaderas ayudas económicas para las familias que se rompen con los siniestros viales. Directamente, como ayudas económicas para esas familias que se quedan sin el padre o madre, sustento de una casa, o niños huérfanos de ambos, desde el momento en que se produce el siniestro, sin tener que esperar tres o cuatro años a que se resuelva el juicio. Todo ello sin impedimento de las indemnizaciones que por ley les correspondan.
- Pido ayuda psicológica profesional, para las víctimas, fuera de la que puedan ejercer las asociaciones de víctimas. Por cada víctima que se produce en el asfalto, se generan otras muchas indirectas, debido al dolor de estas pérdidas y muchas veces no reciben la ayuda psicológica adecuada.
- Pido Fiscales bien formados y con ayuda de profesionales de criminología que les puedan asesorar en la investigación de los mal llamados accidentes de tráfico.
- Pido que la DGT, muestre una verdadera función de ayuda, vigilancia y coercitiva, aumentando el número de agentes y sus medios.
Todos estamos en las calles como peatones o conductores, todos podemos ser víctimas o victimarios, pero no todos somos delincuentes. La sociedad debe ser más severa con aquellos que producen muerte por sus acciones delictivas. Los siniestros de tráfico son un mal evitable, no nos acostumbremos a verlos como un accidente trágico e inevitable. - Por último, pido un minuto de silencio por todas las víctimas tráfico que se han producido este año, especialmente por aquellos niños que han perdido la vida, atropellados por conductores con alcohol u otras drogas, y por todos aquellos que su muerte se podría haber evitado.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.
21 de noviembre de 2021