El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en España y con menor percepción del riesgo. Se estima que, en nuestro país, el alcohol produce más de 15.000 muertes al año y la edad de inicio de consumo es de 14 años. Tristemente, el alcohol continúa siendo la causa principal de muerte en traumatismos por siniestros de tráfico, por lo que es fundamental continuar dando visibilidad a este problema que tiene tratamiento: al volante, todos los días deben de ser Día Mundial Sin Alcohol.
El alcohol supone en España un importante factor de riesgo de carga de enfermedad y mortalidad. De hecho, es la sustancia psicoactiva más consumida por la población en general en todas las edades, siendo un problema especialmente preocupante entre jóvenes y menores, que además son más vulnerables a sus efectos.
En 2018/19, el 93% de los españoles de entre 15 y 64 años reconoció haber consumido alcohol alguna vez en su vida, el 77,2% durante el último año y el 63% durante el último mes, porcentajes que se mantienen prácticamente inalterables en las últimas dos décadas, con un 8,8% de la población reconociendo que consume alcohol a diario (9,4% población activa empleada; 10,9% personas en paro).
Lo que ha cambiado considerablemente en los últimos años es el patrón de consumo, que se aleja del consumo diario tradicional, acercándose peligrosamente a episodios de consumo intensivo: el 19,4% de los españoles se emborrachó el último año y el 15,4% lo hizo en el último mes.
Un tema de especial relevancia en materia de seguridad vial, donde el alcohol constituye uno de los principales factores de riesgo en siniestros de tráfico, tal y como se recoge en la Memoria 2021 de Hallazgos Toxicológicos de Accidentes de Tráfico, elaborada por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses con la colaboración del Observatorio Nacional de Seguridad Vial.
La mitad los fallecidos en siniestros de tráfico en 2021 había consumido alcohol
La Memoria, con el análisis toxicológico del 90% de las víctimas mortales en siniestros de tráfico, refleja que en el 49,4% de los fallecidos en carretera en 2021 se detectó la presencia de alcohol aisladamente o en combinación con drogas o psicofármacos. Y es que, además, el 75% de los conductores fallecidos positivos arrojó una tasa de alcoholemia muy alta, igual o superior a 1,2g/L, lo que correlaciona grados de intoxicación muy severa. Se puede afirmar, por tanto, que aunque estamos cada vez más concienciados sobre los riesgos que entraña el consumo de alcohol al volante, la realidad es que el alcohol continúa estando muy presente en un gran número de siniestros de tráfico.
Aunque el capítulo IV del Título XVII del Código Penal tipifica los delitos contra la seguridad vial del tráfico, estableciendo penas severas por conducir con exceso de alcohol, solo en 2021, según los datos de la Fiscalía de Seguridad Vial, se interpusieron más de 53.200 acusaciones y más de 54.700 sentencias condenatorias por conducción bajo la influencia de alcohol o drogas, siendo el delito más importante en términos absolutos de todos los delitos viales.
Y desde la entrada en vigor del Permiso por Puntos, alrededor del 12% de los infractores sancionados y del 14% de los puntos detraídos han estado relacionados con el hecho de conducir con una tasa de alcohol superior a la establecida. De media, 444 conductores son detectados cada día al volante tras haber consumido alcohol y/o drogas, la mayoría de ellos (el 83,6%), en controles preventivos y el resto por infracciones, siniestros o por presentar síntomas visibles.
Al volante, la única tasa segura es 0,0
El Día Mundial Sin Alcohol debe de servir para concienciar a todos aquellos conductores que, aún sin denuncia, continúan poniéndose al volante después de haber consumido alcohol. Al volante, la única tasa segura es 0,0 ya que, aún con tasas de alcoholemia dentro de los márgenes legales permitidos, nuestro riesgo de provocar un siniestro puede verse incrementado.
Además, 0,0 es la tasa, tanto en sangre como en aire espirado, que deben de respetar todos los conductores menores de edad que conduzcan cualquier vehículo. Y, por último, remarcar la importancia de desarrollar tolerancia cero con las personas que, después de haber bebido, se ponen al volante, cuánto más evitar subirnos a un vehículo cuando nos consta que el conductor ha bebido alcohol.