El “Seminario Movilidad e Infancia”, el grupo de trabajo constituido en 2011 para promover políticas y programas de movilidad activa, segura y autónoma de la infancia, ha presentado un propuesta de PNL para instar al Gobierno a impulsar y facilitar entornos escolares seguros y saludables.
Exposición de motivos
Hasta hace muy poco, en España, la mayoría de niñas y niños, tanto en pueblos como en grandes ciudades, tenían la posibilidad de desplazarse caminando al colegio y de usar las calles para el juego, sin acompañamiento de personas adultas. En la actualidad, esta autonomía de movimientos se ha visto drásticamente limitada por un modelo urbano que prioriza la movilidad en vehículo motorizado privado, lo que ha generado toda una serie de efectos sobra la vida de los niños y niñas.
– Inseguridad: La percepción de peligro por parte de las familias ha favorecido el aumento de los desplazamientos en vehículo particular y los atascos a la puerta de los colegios, generando un círculo vicioso difícil de romper: más coches, más riesgos, menos niñas y niños caminando, más coches, más riesgos, menos niñas y niños caminando…
El predominio de la movilidad motorizada en las calles va en detrimento de la seguridad y autonomía infantil. Los siniestros de tráfico continúan siendo una de las principales causas de muerte en menores de 15 años, y el número de fallecidos y heridos graves, en vías urbanas, en el rango de 0 a 14 años, alcanzó la cifra de 3.795 en la década 2008-2017.
– Indisciplina vial: El entorno escolar no suele ofrecer buenos ejemplos de cumplimiento de las normas del tráfico. Por el contrario, la saturación de las vías, las prisas y una cierta permisividad de las autoridades locales, hacen que, en las horas de entrada y salida, sean frecuentes las dobles filas, el aparcamiento en aceras y pasos peatonales, junto a otros comportamientos que, para colmo, generan un riesgo real para quienes van caminando o en bicicleta.
– Dificultad para jugar, entrenar la madurez y la autonomía: La percepción de peligro ha derivado en sobreprotección y continuo control adulto de la infancia, impidiendo el aprendizaje y dominio de numerosas aptitudes imprescindibles para el buen desarrollo físico y la maduración de destrezas psicológicas básicas: habilidades sociales, resolución de problemas, orientación espacial, percepción de eficacia, autocuidado, autoconfianza, etc.
Las dificultades de los menores para caminar, correr y relacionarse con su entorno inmediato así como encontrarse y jugar libremente con iguales, se han vinculado, no solo con falta de autonomía, sino con problemas crecientes de soledad y aislamiento en niños y niñas, o con el incremento del estrés emocional e hiperactividad.
La importancia del juego en la infancia es tal que está reconocido como uno de sus derechos fundamentales, por la Convención de los Derechos del Niño, que también indica que “la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán en promover el goce de este derecho”.
– Obesidad, la epidemia del s. XXI: España se encuentra entre los países europeos donde este problema de salud pública es más grave, con una prevalencia de alrededor de un 40% de menores con sobrepeso, de los cuales un 19% de niños –casi 1 de cada 5– y un 17% de niñas, padecen obesidad.
La obesidad infantil tiene efectos inmediatos y a largo plazo sobre la salud física, social y emocional. Los menores con obesidad corren mayor riesgo de sufrir otras afecciones crónicas de salud y enfermedades: asma, apnea del sueño, problemas en huesos y articulaciones, diabetes tipo 2 y enfermedades del corazón. También tienen más riesgo de padecer aislamiento social, depresión y baja autoestima.
El sobrepeso infantil está íntimamente vinculado al sedentarismo y a la dificultad de nuestros menores para realizar el ejercicio mínimo diario necesario, entre el que debería incluirse el desplazamiento activo a los centros escolares y la actividad físicas en el entorno del barrio.
– Exposición infantil a la contaminación atmosférica: La contaminación del aire es un problema invisibilizado, aunque causa más muertes que los siniestros de tráfico: 518.700 muertes prematuras en Europa, según el informe 2018 sobre calidad del aire de la Agencia Europea de Medio Ambiente. La infancia además es especialmente vulnerable, dado que la contaminación afecta a su crecimiento, salud respiratoria o desarrollo cognitivo.
La evidencia científica ha puesto de manifiesto el gran problema de salud pública que representa la contaminación del aire en las ciudades –principalmente el NO2, las materias particuladas PM y las partículas ultrafinas (UFP)– convertida en un importante factor de riesgo para enfermedades como las infecciones respiratorias, el asma, las dolencias cardiovasculares o el cáncer de pulmón. En relación con los entornos y rutas escolares, un estudio reciente en la ciudad de Barcelona mostró que, aunque los niños y niñas invierten solo un 6% de su tiempo diario en estos desplazamientos a pie, absorben el 20% de la dosis total diaria de contaminantes del aire durante este tiempo –el resto lo hacen en casa (35%) y la escuela (30%)–. Estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de crear caminos escolares no solo seguros –desde el punto de vista de la siniestralidad– sino también saludables.
– Exposición infantil a ruido, el problema que se oye, pero no se entiende: El ruido impacta en nuestro sistema nervioso autónomo y endocrino, dando lugar a cambios en la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la liberación de hormonas asociadas al estrés, como el cortisol. Diversos estudios han observado una asociación entre la contaminación acústica y el deterioro de la función cognitiva, perturbaciones hormonales, incluida la diabetes, accidente cerebrovascular y problemas de salud mental, como la depresión y el estrés.
En Europa se calcula que el ruido provoca más de 72.000 hospitalizaciones y 16.600 muertes prematuras al año y, aunque son necesarios más estudios para confirmarlo, hay datos que sugieren que el ruido puede ser factor de riesgo para el desarrollo de problemas de comportamiento y atención en niños y niñas.
– Isla de calor y verde urbano: La contaminación atmosférica provocada por vehículos y actividades industriales, el pavimento de asfalto que retiene el calor e impermeabiliza el suelo y la proximidad entre edificios, que no permite liberar el calor, generan las llamadas “islas de calor urbanas”. Todos estos factores, unidos a la falta de espacios verdes (parques, árboles) y azules (mar, ríos, estanques, fuentes), provocan incrementos de temperatura con graves efectos sobre la salud, especialmente en niños y niñas y personas mayores.
Distintos estudios demuestran, por un lado, el efecto amortiguador de los espacios naturalizados frente al aumento de temperatura y mortalidad en las ciudades. Y cada vez hay más evidencias de que el verde urbano es beneficioso para la salud mental y cardiovascular (por la reducción del estrés) de la población, así como para el neurodesarrollo en niños y niñas. Los efectos del cambio climáticos van a suponer, además, un verdadero reto en relación con el confort climático en las ciudades, a menos que preparemos y adaptemos edificios y espacios públicos urbanos al previsible aumento de las temperaturas y la mayor incidencia de olas de calor.
Medidas que se solicitan impulsar y facilitar a través de esta PNL
Por todas las cuestiones expuestas anteriormente se presenta la Proposición No de Ley (PNL) para que los entornos de los centros escolares se conviertan en Áreas de Protección de la Salud de la Infancia.
Para llevar a cabo esta transformación se insta al Gobierno a impulsar y facilitar, a través de un trabajo conjunto y coordinado, que las administraciones públicas competentes adopten este conjunto de medidas en relación con los siguientes ámbitos:
Instalaciones de los propios centros escolares:
1.- Sustituir las zonas de aparcamiento que se encuentren dentro del recinto escolar por áreas estanciales y de juego.
2.- Reservar en todos los centros educativos, o en sus aledaños, un espacio seguro para el aparcamiento de bicicletas, patines y patinetes para incentivar la movilidad activa al centro.
3.- Revegetar los patios escolares con arbolado y plantas que proporcionen sombra, frescor y color a estos espacios, mejoren la calidad del aire y amortigüen el ruido.
Alrededores y accesos a los centros escolares:
4.- Limitar el aparcamiento y el tráfico en las calles del entorno y, muy especialmente, en las inmediaciones de las entradas a los centros.
5.- Vigilar y hacer cumplir estrictamente la normativa vial a la entrada y salida de estudiantes para que el entorno escolar sea un espacio seguro y de convivencia.
6.- Priorizar la movilidad peatonal y ciclista en el viario del entorno escolar, creando corredores de acceso libres de coches, fomentando la presencia de vegetación y agua, y promoviendo zonas estanciales, de encuentro y de juego en el espacio público próximo a los centros.
Planificación urbanística:
7.- Integrar en la redacción de los documentos de planificación urbanística municipal medidas para fomentar entornos escolares seguros y saludables.
8.- Incorporar en los Planes de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) medidas específicas de limitación y pacificación del tráfico en los entornos escolares.
9.- Promover un cambio generalizado hacia el modelo de “Ciudad 30” para reducir la velocidad del tráfico en todo el viario urbano.
Zonificación escolar:
10.- Priorizar la proximidad al centro escolar como criterio básico del área escolar, en beneficio de la infancia y de toda la comunidad, revirtiendo la implantación de “zona única de escolarización” que tan negativamente influye en el incremento de desplazamientos motorizados diarios.
Entidades promotoras
El “Seminario Movilidad e Infancia” es un grupo de trabajo formado por profesionales del urbanismo, la educación, la gestión de la movilidad, la seguridad vial y la salud pública, y representantes de distintas administraciones, universidades y centros de investigación, consultoras y organizaciones ciudadanas (ambientalistas, de voluntariado, educativas…), implicados en el desarrollo de políticas y programas orientados a promover la movilidad activa, segura y autónoma de la infancia.
El Seminario trabaja con el apoyo del CENEAM, Centro Nacional de Educación Ambiental, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y cuenta con las siguientes entidades promotoras: el Instituto de Salud Global –ISGlobal–. La Coordinadora en Defensa de la Bici –ConBici–, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado –CEAPA–, la Asociación de Viandantes A Pie, el grupo “La ciudad de los niños” de Acción Educativa, el Grupo de Estudios y Alternativas Gea21 y el Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría.
Tú también puedes adherirte, individual o colectivamente
El formulario de adhesión para la conversión de los entornos escolares en áreas más saludables para la infancia se encuentra en la web de la Asociación Española de Pediatría. Puedes acceder al mismo pinchando en este enlace
Más información en http://www.entornosescolares.es/