Ciudades a 30 km/h, 50% del gasto en infraestructuras a obras que prioricen a peatones, ciclistas y transporte público, incentivos fiscales a empresas que promuevan el transporte público o la bicicleta, adaptación del sistema ISA –gestión inteligente de velocidad en los vehículos–, nuevo Código de Circulación… Los Stati Generali Mobilità Nuova (Estados Generales para la Nueva Movilidad), con el nuevo presidente de la República a la cabeza, firman la Carta de Bolonia, que pretende asentar las bases de la movilidad urbana en Italia a partir de 2016.
Nos hablan mucho de Europa, intentan convencernos de que somos parte, pero no cabe duda de que en este club, cada cual avanza a su velocidad sin que muchas veces logremos enterarnos de en qué nos van adelantando nuestros vecinos. Para ejemplo, lo ocurrido esta última semana. Mientras leíamos hasta el hartazgo que en Europa el número de víctimas en siniestros viales descendió un 1% en 2014, siendo España uno de los países que más avanza en seguridad vial –vía nota de prensa oficial de la UE–, ningún medio se hacía eco de que en Italia se firmaba un documento que va a revolucionar la movilidad urbana, tal y como la entendemos a día de hoy: la Carta de Bolonia.
“En ciudad, los conductores quieren circular a 50 km/h. Pero ha llegado el momento de hacerles comprender que eso solo les sirve para llegar más rápido al siguiente semáforo en rojo”. Con estas palabras iniciaba el ministro de transporte Graziano Delrio la presentación de este documento que resume el espíritu de un plan para la movilidad urbana a escala nacional que irá legislándose y desarrollándose paulatinamente hasta 2016 y supondrá toda una reorganización de los espacios públicos en las ciudades italianas.
Los objetivos son ambiciosos:
- Introducción en el Reglamento de Circulación, que a día de hoy se debate en el parlamento italiano, del límite de 30 km/h en todas las ciudades.
- Reducir el gasto de inversión en infraestructuras viarias para vehículos privados y priorizar la inversión en vías peatonales, ciclistas y reservadas para el transporte público.
- Incentivos fiscales para todas aquellas empresas que promuevan el transporte público colectivo y la bicicleta en los desplazamientos laborales.
- Adopción del sistema ISA (sistema inteligente de velocidad) (enlazar con https://feuvertenmarcha.org/el-sistema-de-adaptacion-inteligente-de-velocidad-isa-divide-a-europa/ ) como norma de control de la velocidad.
La ciudades de Milán, Turín y Bolonia serán las primeras en poner en marcha este plan firmado por los Stati Generali Mobilità Nuova, que reúne a más de 200 asociaciones y corporaciones municipales que actúan bajo el paraguas del gobierno de la República. Su reto para los próximos dos años, reducir un 50% los desplazamientos individuales en vehículos particulares y mejorar la seguridad vial. Para ello, el primer paso será limitar a 30 km/h la velocidad en todas sus vías urbanas, con excepción de las principales arterias de comunicación. Su experiencia irá sirviendo de modelo para que el resto de regiones y administraciones locales vayan adaptando progresivamente sus reglamentaciones y políticas de movilidad urbana, con el objetivo de que en 2016 éstas tengan alcance nacional. El alcalde de Bolonia, en nombre y representación del ministerio de transporte e infraestructura presidirá y dirigirá durante los próximos dos años esta nueva institución para la movilidad que trabajará con los gobiernos locales para desarrollar este modélico plan.
Más información en http://statigeneralimobilitanuova.it