A mediados de febrero el Ministerio de Fomento revoluciona al sector del transporte anunciando el desvío obligatorio de camiones a autopistas. La prohibición de circulación del transporte pesado en determinados tramos de carreteras nacionales se justifica como una mejora para la seguridad vial. Para presentar esta medida los medios de información nacionales ponen como ejemplo la N-VI a su paso por San Rafael, una larga travesía que a diario atraviesan casi 12.000 vehículos, de ellos unos 1.500 camiones, evitando el peaje de la AP-VI.
Es una medida, como tantas otras, que aún está en el aire. La propuesta inicial de Fomento era prohibir la circulación de camiones en 1.300 kilómetros de carreteras nacionales desviando el tráfico pesado a autopistas en aquellos tramos con más concentración de vehículos y riesgos de siniestralidad. Como compensación, los transportistas recibirían una bonificación del peaje cercana al 50%.
Al margen de que los partidos de la oposición inmediatamente pusieran el grito en el cielo al considerar que con esta propuesta lo único que se pretende es favorecer a las empresas concesionarias de autopistas, el sector del transporte por carretera tampoco aplaudió la medida. FENADISMER (Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España) y CETM (Confederación Española de Transporte de Mercancías) rechazaron tajantemente el plan de Fomento; la ministra Ana Pastor se vio entonces obligada a “recular” asegurando que sin acuerdo con el sector no habría plan; hecha la rectificación, la patronal acepta negociar, pero pone sobre la mesa la condición de eliminar la prohibición de circulación para que la medida se plantee como una opción voluntaria para el transportista…
…Y mientras todo esto ocurre, el foco mediático se concentra en San Rafael, un municipio segoviano situado a 62 kilómetros de Madrid, al que atraviesa la Nacional VI (Madrid – A Coruña), un tramo perfecto para presentar las excelencias del plan del Ministerio de Fomento tanto por la intensidad de tráfico que soporta diariamente –unos 12.000 vehículos– como por la peligrosidad que tiene para sus vecinos quienes, evidentemente, se felicitan porque dejen de circular camiones por su arteria principal.
Lo que no se cuenta en la tele de la travesía de San Rafael
Efectivamente, a nadie le amarga un dulce y menos si vive a diario el grave problema de tráfico que existe en San Rafael. La conocida como carretera de la Coruña a su paso por la localidad, una de las tantísimas travesías que aún existen en nuestras vías, acumula un buen número de atropellos, algunos de ellos mortales, a lo largo de las últimas décadas. Su especial peligrosidad se debe a que es una larguísima recta –de casi kilómetro y medio– con una pronunciada pendiente de descenso que el conductor se encuentra una vez coronado el Puerto de Los Leones. La alternativa es optar por Adanero, la AP6, lo que supone el desembolso de 27,88 euros de peaje, que son muchos euros en los tiempos que corren. Esto, y nada más que esto, es lo que explica la altísima densidad de tráfico que soporta la travesía de San Rafael.
Cuando el Ministerio de Fomento anuncia el plan de prohibir la circulación de transporte pesado desviándolo a la autopista y la avalancha mediática se concentra en San Rafael, los vecinos dicen estar contentos, ¡a ver quién quiere ver pasar 1.500 camiones al día por su calle principal! Pero los telediarios dan para poco y lo que no se cuenta en la tele es que lo que los vecinos reivindican desde hace años es 0 camiones y 0 coches: la variante que les prometieron y que nunca ha llegado.
De historia interminable califica El Adelantado de Segovia el proyecto de la futura variante de San Rafael, que de futura solo le queda el nombre pues ni está ni se la espera, después de que en los presupuestos generales del Ministerio de Fomento para 2015 no apareciese ni nombrada. Prometida siempre por el PP y PSOE en periodos electores, nunca llega a materializarse, aunque ya ha superado todos los trámites de diseño y aprobación, incluido el informe de impacto medioambiental. En su lugar y para acallar a los vecinos, la presencia de la Guardia Civil de Tráfico es permanente en la travesía y a cada atropello que sucede, el último el de un niño de 9 años el pasado verano, se aumenta el número de semáforos e incluso se construyen pasos subterráneos para peatones.
¿Qué quieren los vecinos de San Rafael?
Sencillo, que si es cierto que a las autoridades lo que les preocupa es la seguridad vial, que se dejen de parches y se busque una solución definitiva al problema de la travesía, construyendo la variante de la Nacional VI que circunvale San Rafael. Hasta entonces y como alternativa, solicitan el retraso de los peajes en la AP6 de forma que Adanero quede libre de pago, lo que disuadiría a los conductores de subir el Puerto de Los Leones o Alto del León y atravesar San Rafael.
Los vecinos consideran que hay sobrados motivos para solucionar ya el problema de la travesía y que deje de ser una promesa que hacen todos pero que, a la postre, no cumple ninguno.