Los Parques Infantiles de Tráfico son una herramienta muy valiosa en la educación vial escolar. Por presupuesto, no todos los ayuntamientos pueden disponer de un parque homologado por la DGT. Pero con un poco de voluntad y unos botes de pintura se logran maravillas como la de El Jardinillo (Mairena del Aljarafe).
La educación vial escolar nació prácticamente a la vez que la DGT cuando, en colaboración con el Ministerio de Educación, se introducen las normas de tráfico en los libros de textos y se empiezan a realizar cursillos escolares sobre esta materia. Paralelamente surgen los Parques Infantiles de Tráfico para apoyar de forma lúdico-práctica la enseñanza teórica de las normas de tráfico. Han ido pasando las décadas, los retos educativos han ido evolucionando desde el puro conocimiento de las normas a la interiorización de valores imprescindibles para la seguridad vial como la responsabilidad, la convivencia, el respeto… Pero si en algo continúan coincidiendo los especialistas es en que los Parques Infantiles de Tráfico son una de las herramientas de educación vial más valiosas para nuestros hijos. La pregunta es entonces: ¿por qué todos los escolares no tienen acceso a un parque infantil de educación vial?
Muy sencillo: porque son muy caros de construir y de mantener. Para lograr su objetivo formativo, los Parques Infantiles de Tráfico deben cumplir unas normas muy estrictas tanto en lo que respecta a su creación como a su posterior funcionamiento. Todo en ellos está reglamentado por la DGT para que mantengan unos criterios de unidad: desde el órgano encargado de su funcionamiento, el régimen de asistencia de escolares, el material didáctico, etc., etc., etc. La normativa establece, además, la superficie que debe ocupar el Parque, el número de aulas, la extensión del circuito de prácticas, las señales viales, los vehículos (karts, bicicletas),… Calculadora en mano vamos sumando y sumando, y el total son muchos, muchos miles de euros, que no todos los Ayuntamientos pueden permitirse.
¿Significa eso que tengamos que renunciar a tener un Parque Infantil de Tráfico? ¡No! Quizás en nuestro municipio no podamos disponer de un Parque en toda regla homologado por la DGT, pero ¿se podría al menos diseñar un circuito vial en alguno de nuestros parques públicos.
El parque de El Jardinillo en Mairena del Aljarafe
No es la primera vez que Mairena del Aljarafe aparece en Feu Vert en Marcha, ya lo hizo con su proyecto de Caminos Escolares Seguros. Pero está claro que este municipio sevillano se está convirtiendo en el ejemplo de que dónde hay voluntad, existe un camino. En mayo del año pasado, el presidente de la Asociación de Vecinos El Jardinillo se puso en contacto con el Gabinete de Educación de la Policía Local de Mairena para diseñar un actividad en el barrio durante las jornadas de convivencia vecinal que anualmente celebran en su parque público. Lo fácil, llevar ese día al parque la pista portátil de educación vial de la policía de Mairena. La pena, no poder hacer algo permanente pintando en los caminos del parque líneas continuas, discontinuas, stop, ceda el paso, rotondas, pasos de peatones, etc., etc., etc. El parque se convertiría así en un circuito vial disponible los 365 días del año.
Y no se conforman en Mairena con salir del paso. Reunión al día siguiente con la Delegada de Infraestructuras, después con la Delegada de Urbanismo… Todos se fueron entusiasmando con la idea, eso sí bajo la premisa de que el circuito vial tenía que adaptarse en su totalidad al parque construido y que solo se aprobaría un presupuesto muy, muy pequeño: es decir, para la pintura. A coste prácticamente 0, esa era la condición –¿por qué cuánto pudo costar la pintura?–, pero con todos los recursos humanos disponibles en el Ayuntamiento trabajando en la ejecución del proyecto. A toda prisa, técnicos municipales se pusieron manos a la obra en el diseño, policías municipales marcaron itinerarios básicos, encargados y operarios trabajaron en el replanteo, la limpieza, la pintura… Y en menos de tres semanas, exactamente 18 después, el barrio recuperó su parque público y ganó un parque de educación vial donde aprender y practicar el respeto a las normas del tráfico.
Aprendiendo con los amiguitos, con los papás…
Integrando un circuito vial en un parque público no solo se aprenden las normas. Jugando, se ponen en práctica en un espacio seguro y controlado, exento de los peligros del tráfico real. Y lo que es mejor, todo ello se logra implicando a los principales agentes de la educación vial: los padres, modeladores básicos de las conductas seguras. Mairena del Aljarafe es un ejemplo del que “el querer es poder”. Nuestro amigo F-Eduardo Barrero, policía local de Mairena, nos ha enviado este video del día de la inauguración del Parque Educación Vial El Jardinillo. ¡Mirad las caritas de los peques!