El Instituto Nacional de Consumo emite anualmente una media de 200 alertas por defectos de fábrica en distintos modelos de vehículos. Más o menos la mitad de estas llamadas a revisión están relacionadas con problemas en la dirección o en los frenos, dos elementos cruciales en nuestra seguridad. La Organización de Consumidores y Usuarios se ha puesto manos a la obra para detectar cuáles son los defectos más habituales de los coches. El objetivo: hacer presión a los fabricantes para que los fallos de fabricación no afecten ni al bolsillo, ni a la seguridad de los conductores.
Desde que se popularizó el uso del automóvil, siempre ha habido “leyendas” sobre si tal o cual marca o modelo de coche tiene puntos flacos o presenta fallos de serie en determinados elementos respecto a otras marcas o modelos. Los fabricantes han trabajado durante años en desmitificar estas “creencias populares”, pero la realidad es que cada vez son más las alertas llamando a revisión vehículos por defectos de fábrica. Defectos que pueden ser más o menos peligrosos, dependiendo si están relacionados con la dirección, los frenos, el depósito o los conductos de combustible, los airbags o cinturones de seguridad, o son simples problemas estéticos.
Nadie es perfecto, todo el mundo puede cometer fallos, pero a las organizaciones de consumidores tanta alerta les parece desproporcionada, acusando a los departamentos de calidad de los fabricantes de falta de rigor por la presión de sacar al mercado más y más modelos nuevos. Los fabricantes, para defender su prestigio, pasan la pelota y responsabilizan a los proveedores que les fabrican las distintas piezas de los vehículos, una producción que en la actualidad se realiza a gran escala en países emergentes. Al final, y como siempre, nadie es culpable. Y el que termina por “pagarla” es el dueño del vehículo.
Y es que no todos los defectos de fábrica se comunican al Instituto Nacional de Consumo. El protocolo a seguir es que si el fallo afecta a la seguridad o es masivo –compromete a varios modelos de una marca– se comunica a Consumo. Esto implica que la Dirección General de Tráfico también avisa, mediante carta, a los propietarios. Pero si los defectos son “menores” se espera a que el propietario pase las revisiones establecidas por la garantía de la marca. Pero ¿qué ocurre si optamos por hacer la revisión en otro taller y no en el oficial de la marca? Pues que nuestro coche continúa con el fallo hasta que éste, más tarde o más temprano, acaba derivando en una avería.
A raíz de su última encuesta de fiabilidad de los coches, la Organización de Consumidores y Usuarios detectó tantísimas averías en los vehículos nuevos y seminuevos que se han puesto a investigar y recopilar toda la información posible sobre defectos comunes. Para ello, la OCU ha elaborado una encuesta cuyo formulario está publicado en su página web y hecho un llamamiento a todos los conductores a realizarla. El objetivo es ampliar los datos recogidos en la encuesta de fiabilidad y, de confirmarse fallos o averías comunes en un mismo modelo de coche, solicitar la solución gratuita del problema al fabricante.
Es en beneficio de todos, así que… ¡Anímate a participar!