Alrededor del 50% del parque automovilístico español tiene más de diez años, situación que ,en términos de seguridad vial, supone que muchos de esos vehículos que todavía circulan por las carreteras no cuenten con las mejoras tecnológicas de seguridad activa y pasiva que ya traen incorporadas de serie los modelos más actuales.
Este envejecimiento del parque preocupa a las autoridades por la importancia que el mantenimiento tiene en la seguridad vial, motivo por el cual la Dirección General de Tráfico se suma a las iniciativa que distintas instituciones están llevando a cabo para fomentar el mantenimiento y la renovación del parque de vehículos.
Antes de comprar un coche usado
Se debe solicitar por Internet o en la Jefatura Provincial de Tráfico un informe con los datos administrativos, técnicos, de kilometrajes del coche, así como si ha sido robado, ha sufrido un siniestro total, si dispone de seguro y otras especificaciones, de forma que realicemos una compra segura.
El informe indicará también qué reformas se le han hecho al vehículo, si ha sido sometido a revisiones en talleres oficiares o cuál es su historial del libro-taller.
La DGT desaconseja la compra de vehículos que se vendan en la vía pública, ya que genera competencia desleal, fraude fiscal, desprotección e inseguridad vial.
Después de adquirir el vehículo
El coche debe pasar las correspondientes Inspecciones Técnicas de Vehículos. Un 20% de los vehículos no la pasan, por lo que la DGT está incrementando las acciones de vigilancia y control de la misma. Además, desde enero de 2013, las estaciones de ITV anotan directamente en el Registro de Vehículos el resultado de las inspecciones y las reformas legalizadas en los vehículos, por lo que en cualquier momento los agentes de la autoridad pueden comprobar el cumplimiento de esta obligación.
Además, se debe evitar llevar a reparar los coches a talleres que no estén autorizados.
Para deshacerse del coche
Por último, cuando un titular se quiera deshacer del vehículo, deberá darlo de baja, entregándolo junto con la documentación en un centro autorizado de tratamiento, comprobando que el centro dispone de placa identificativa. Se debe solicitar también el justificante de que el vehículo se ha dado de baja definitva para asegurarse de que no puede circular y que la documentación tampoco se usa de nuevo.
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