Como ya es habitual cada año, todos los meses de agosto, la Dirección General de Tráfico pone en marcha una nueva campaña en la que se intensificará la vigilancia sobre el riesgo que supone el consumo de alcohol y/o drogas y la conducción.
En 2020, según la Memoria de hallazgos toxicológicos en las víctimas mortales de siniestros de tráfico realizada por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, casi la mitad de los conductores fallecidos dieron positivo a alcohol, drogas y psicofármacos. El consumo de alcohol y/o drogas es un factor concurrente de riesgo, presente en prácticamente un tercio de los siniestros mortales de tráfico. Es por ello que los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC) intensificarán los controles de alcohol y drogas estableciendo puntos de control a cualquier hora del día con el objetivo de evitar que personas que han ingerido alcohol o consumido drogas circulen por las carreteras.
Para disuadir del consumo de estas sustancias durante la conducción en todo tipo de vías, la DGT ha invitado a que se sumen a la campaña a todos los ayuntamientos de más de 25.000 habitantes, de modo que también puedan establecerse puntos de control dentro de los cascos urbanos. La participación de las autoridades en esta materia es imprescindible para que la vigilancia pueda realizarse lo más próxima posible a las zonas de consumo y así evitar una mayor exposición al riesgo. La DGT lleva años trabajando con los ayuntamientos, desarrollando planes de apoyo a las policías locales en materia de pruebas de alcohol y drogas, realizando cursos de formación y dotándoles de instrumentos para la realización de los controles.
Todos sabemos que la conducción bajo los efectos del alcohol y/o las drogas es muy peligrosa. Pero como la mayoría de las veces la persona que ha bebido y después, conducido, no ha sufrido un siniestro, lo normal es que esta persona acabe engañándose con el clásico “yo controlo, esto no me va a pasar a mí” repitiendo este comportamiento con cada vez más frecuencia, obviando que la probabilidad de sufrir un siniestro mortal es altísima.
Desde Fundación Feu Vert queremos recordar que la única tasa de alcohol segura al volante es 0,0 y que lo más seguro es evitar conducir después de haber consumido cualquier cantidad de alcohol, por pequeña que sea. El mito de que no hay peligro si se conduce por debajo del límite legal es simplemente eso, un mito absolutamente falso. Conducir por debajo del límite legal solo sirve para librarse de una sanción administrativa.
Tasas máximas de alcohol permitidas para conducir
Consecuencias administrativas
La Ley de Seguridad Vial fija las tasas máximas de alcohol permitidas para los conductores, así como la prohibición de conducir con presencia de drogas en el organismo. En este caso se está ante una infracción administrativa:
Consecuencias penales
Si el positivo a alcohol supera la tasa de 0,60mg/l en aire espirado, o en el caso de las drogas se conduce bajo la influencia de las mismas, el conductor se enfrenta a un delito. El Código Penal tipifica los delitos contra la seguridad del tráfico y establece las siguientes penas por conducir con exceso de alcohol o bajo la influencia de drogas.