Por resolución del 31 de mayo, publicada en el BOE de 11 de junio, la Secretaría de Estado de Energía, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, establecía que el valor medio nacional de emisiones de gases de efecto invernadero de motocicletas y vehículos eléctricos es de 108 gramos de CO2 en 2020. Esta medida no tiene nada que ver con el WLTP, relativa al consumo de combustible y emisiones de los vehículos en condiciones de conducción en carretera y que en el caso de los eléctricos es 0, sino con las emisiones de carbono de la propia electricidad de la que se “alimentan”, muy dependiente en España de combustibles fósiles.
Es sencillo de entender. Aunque en circulación, motocicletas y vehículos eléctricos no contaminan, la energía eléctrica que les propulsa sí es responsable de la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. ¿Por qué? Porque buena parte de la energía primaría que utilizamos en España aún procede de combustibles fósiles –es decir, del petróleo, del gas y del carbón–, cuya producción sí libera grandes cantidades de CO2. Así, aunque nuestro país no deja de mejorar su transición energética hacia fuentes renovables, el 39% de la electricidad que consumimos continúa procediendo del carbón, el petróleo y el gas natural.
Dentro del Plan Estadístico Nacional, y cumpliendo todas las obligaciones internacionales y europeas de reducción de gases de efecto invernadero, España, como el resto de países del mundo, realiza una estimación de las emisiones de acuerdo a las instancias internacionales y europeas implicadas, estableciendo un valor medio nacional en relación con la electricidad consumida por motocicletas y vehículos eléctricos. Así, en 2020, el valor medio nacional de emisiones de gases de efecto invernadero se ha establecido en 108 gramos de CO2, medida que la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (AEDIVE) traduce a 58 gramos de CO2 por kilómetro recorrido (para vehículos con consumo medio de 15 kWh/100 km).
La Secretaría de Estado de Energía ha hecho este cálculo de acuerdo con los últimos datos publicados por el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea sobre la intensidad media de las emisiones de carbono procedentes de la electricidad consumida en España en 2015, que se situó en 402 gCO2eq/kWh. Aplicado un factor de mejora que actualiza el valor a 2018, la intensidad de las emisiones se sitúa en 388 gCO2eq/kWh. Por último, al aplicar a esta cifra el factor de conversión de 3,6 MJ/kWh, con arreglo al Informe Well-to-Wheells, arroja el valor final de los citados 108 gramos de CO2 gCO2eq/MJ.
Como explicábamos al comienzo, estos 108 gramos de emisiones de CO2 nada tienen que ver con la propulsión de motocicletas y vehículos eléctricos, que al circular no emiten ningún gas ni partículas. Corresponden únicamente al proceso de obtención de la energía eléctrica que necesitan almacenar en sus baterías para poder funcionar. Así, aunque tal y como se genera hoy la energía eléctrica en nuestro país iremos mejorando año a año en la reducción de emisiones, aún queda un largo camino hasta que la movilidad eléctrica sea de verdad “Cero Emisiones”.