Con el año nuevo llegan los Reyes Magos, las rebajas, los buenos propósitos y, en materia de seguridad vial, el Balance de Siniestralidad Vial del año que se termina. Nada bueno que contar del relativo al 2016 porque, como ya se sabía, aumenta el número de víctimas mortales en nuestras vías. Pero de todas las circunstancias que la Dirección General de Tráfico destaca para explicar este repunte, me sorprende especialmente uno: el relativo al no uso de los elementos de seguridad pasiva.
Por Maite Cañamares
1.160 personas fallecieron en los 1.038 siniestros viales mortales que se produjeron durante el año pasado, según cifras presentadas por la DGT en su Balance de Siniestralidad Vial de 2016. 15 vidas perdidas más que en 2015, y eso solo en vías interurbanas –carreteras convencionales, autovías y autopistas– en las 24 horas siguientes al siniestro. A esta escalofriante cifra, falta sumarle el número de víctimas mortales en vías urbanas y la cifra definitiva de defunciones acaecidas a 30 días del siniestro, tanto en vías urbanas como interurbanas, un dato que no suele hacerse público hasta bien entrado el verano, cuando se cruzan todos los datos con el fichero de fallecidos del INE (Instituto Nacional de Estadística).
A grandes rasgos –la información completa se puede leer pinchando aquí –, la Dirección General de Tráfico destaca como “circunstancias destacables” de la siniestralidad 2016 –y entrecomillo para destacar que no es lo mismo “circunstancia” que causa de siniestro vial– el aumento en el número de desplazamientos de largo recorrido (+5%, con respecto a 2015), el mayor envejecimiento de los vehículos y el mayor número de infracciones por consumo de alcohol y drogas. Cita también la DGT, aunque lo deja para el final, el NO uso de elementos de seguridad en el momento del siniestro, es decir, del cinturón de seguridad, el SRI en el caso de niños menor de 135 cm. y el casco en motoristas y ciclistas.
161 personas no usaban estos importantes elementos de seguridad pasiva en el momento en que perdieron la vida: 18 fallecidos (31%) del total de 58 muertos en furgonetas no llevaban puesto el cinturón, cifra que asciende a 129 fallecidos (21%) del total de 604 muertos en turismos; no usaban casco 5 (2%) de los 235 fallecidos en motocicleta y ciclomotor y 6 (18%) de los 33 ciclistas muertos. Y más grave si cabe aún: 3 de los 16 niños fallecidos en 2016 no iban sentados en sistemas de retención infantil (SRI). La DGT no ofrece el dato del uso de este dispositivo respecto al número de fallecidos en autobuses, pero baste recordar que entre las 18 víctimas de 2016, 13 corresponden a las estudiantes que fallecieron en Tarragona cuando regresaban de las Fallas de Valencia. Ninguna de ellas llevaba puesto el cinturón de seguridad.
En los tres años que llevo colaborando con Fundación Feu Vert en esta página de seguridad vial he escrito mucho sobre cinturón de seguridad y casco y apuesto a que mucho más que de estos vitales elementos de seguridad, de sistemas de retención infantil. Pedí disculpas a las víctimas de todos los fallecidos por circular sin cinturón cuando, muy enfadada que no en broma, relacioné este riesgo tan peligroso como irracional con la famosa teoría de la estupidez humana de Cipolla. Los datos no han mejorado desde entonces. Los cinturones de seguridad son el invento que más vidas han salvado desde que apareció el automóvil y si a éstos les sumamos los airbags, ¡tenemos prácticamente garantizadas dos de las siete vidas del gato en caso de sufrir un siniestro! Tan importante o más como los elementos de seguridad activa de nuestro vehículo (ABS, ESP, frenadas de emergencia, sistemas de aviso de cambio de carril y demás tecnología) son los elementos de seguridad pasiva (cinturones, airbags, reposacabezas y la carrocería del coche). Los primeros podrán ayudarnos a evitar una colisión, pero estos últimos son los únicos, que no pudiendo evitar el siniestro, actuarán para reducir la gravedad del mismo.
Como entre mis buenos propósitos para 2016 está trabajar más la inteligencia emocional y además no puedo obviar que soy de la generación del por favor, del gracias y del buenos días/buenas tardes, voy a intentar pedírtelo de otra forma: “Ponte el cinturón, por favor”… “Usa el casco, te lo ruego, bien abrochado para que cumpla su función y no salga disparado”… “Por favor, lleva siempre bien sentado a tu hijo, no pongas en riesgo su vida, que es lo que más quieres”… No lo hagas únicamente porque lo obligue una norma y evitar una multa, créetelo –por favor–, estos elementos de seguridad te pueden salvar la vida. Aunque no te conozca de nada y por eso pueda parecerte parezca imposible, tu vida para mí tiene un valor increíble. ¡¡¡Gracias por cuidarla!!!