Un complejo estudio de la AAA Foundation for Traffic Safety y la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, concluye que renunciar a conducir deteriora considerablemente la salud física, mental y social de nuestras personas mayores: duplica el riesgo de depresión, disminuye las funciones físicas y cognitivas y… ¡reduce su esperanza de vida!
“Cuando dejas el coche es la última jubilación de la vida, la definitiva”, decía Mª Paz López en la revista “Tráfico y Seguridad Vial”. Para ella el coche es sinónimo de movilidad pero, sobre todo, de libertad. El hábito de la conducción constituye una habilidad tan esencial para nuestros mayores, que la posibilidad de retirada del carnet de conducir les resulta traumática y estresante, pudiendo desencadenar o potenciar algunas enfermedades asociadas al proceso natural de envejecimiento. Hasta en un 50% puede llegar a reducirse la salud física, mental y social del exconductor, concluye la AAA Foundation for Traffic Safety de Estados Unidos en su estudio Driving Cessation and Health Outcomes for Older Adults.
Los adultos mayores que dejan de conducir son prácticamente el doble de propensos a sufrir depresión; su actividad y relaciones sociales fuera del hogar se reduce en un 51%; el deterioro de sus funciones cognitivas y sensoriales se acelera más rápidamente; curiosamente, en las residencias hay más ancianos exconductores que mayores que no condujeron nunca… La AAA Foundation for Traffic Safety, organización especializada en la prevención de siniestros viales en personas mayores y adolescentes, ha llegado a estas conclusiones tras hacer una revisión integral de todas las investigaciones realizadas en los últimos 20 años sobre conductores mayores de 65. Referentes mundiales en la detección de los factores de riesgo al volante derivados de la edad, recurrieron a bibliotecarios médicos de la Universidad de Columbia para, de todos los estudios elegidos –16, de 161–, extraer datos clínicos, cuantitativos y comparados, de personas mayores de 65 que habían dejado de conducir, tanto de forma voluntaria como involuntaria.
Resumen de los resultados
Con respecto a la salud general, los exconductores mayores de 65 tienen una percepción subjetiva de su estado de salud peor que los mayores que no han conducido nunca. Tomando como referencia una encuesta de salud realizada en Finlandia, el 59,4% de los encuestados no conductores presumió de tener buena salud, mientras que el porcentaje se redujo al 42,5% entre los exconductores.
De los 8 estudios analizados en relación a las funciones motoras y sensoriales, la salud física de los exconductores se redujo entre un 6% y un 12% al dejar de conducir. Pero en el informe no se ha podido determinar la temporalidad, es decir, que es imposible afirmar si este deterioro tiene relación directa con la retirada del carnet o es consecuencia de la disminución propia de la edad.
Por salud social se entiende la habilidad para interaccionar apropiadamente con la gente y el entorno, satisfaciendo las relaciones interpersonales. El estudio indica que el la salud social se deteriora hasta en un 51% al dejar de conducir, afectando a las mujeres más que a los hombres y, sobre todo, a aquellos mayores que no tienen acceso fácil a transporte alternativo. Los exconductores mayores invierten menos tiempo en actividades sociales y su ocio se vuelve solitario.
Los exconductores tienen peores habilidades cognitivas que los mayores que continúan conduciendo. Es más, el informe concluye que el deterioro cognitivo de los exconductores se acelera considerablemente al dejar de conducir.
Los síntomas de depresión se duplican en las personas que dejan de conducir. El estudio es concluyente en este aspecto, dado que todos los estudios analizados coinciden en los resultados. Con la retirada del carnet, los mayores se sienten excluidos y marginados, por lo que es fundamental trabajar en mitigar estos efectos negativos.
Estas son las principales conclusiones, pero en el informe aparecen otras cuanto menos, curiosas: los exconductores tienen cinco veces más de probabilidad de llegar a ser dependientes que un no conductor y su esperanza de vida se reduce considerablemente, lo que el informe de la AAA Foundation for Traffic Safety achaca a la suma de todos los factores anteriores.
Para más información sobre ésta y otras investigaciones, visita www.AAAFoundation.org
