Se calcula que más de 7 millones de niños utilizan diariamente el autobús para ir al colegio. Para desasosiego de muchos padres, legalmente sin sistema de seguridad alguno. Uno de estos papás, Mikel Garrido, no ha cejado en su empeño de que los menores viajen seguros en el transporte escolar y ha patentado un SRI, reconocido con el I Premio de Emprendedores y Seguridad Vial de la Fundación Línea Directa.
La mayor parte de los inventos no son ideas radicales, sino innovaciones sencillas, avances necesarios realizados, no por grandes científicos o creadores, sino por personas normales y corrientes con un considerable grado de compromiso a la hora de ofrecer respuesta urgente a grandes problemas diarios.
El problema grave, además de grande, al que hoy nos referimos es la seguridad de nuestros niños en el transporte escolar. Mientras que desde enero de 2005, el uso de sistemas de retención infantil (SRI) es obligatorio en los vehículos particulares, nuestros pequeños pueden seguir viajando en autobús sin ninguna medida de seguridad. Cierto es que desde octubre de 2007, una nueva ley normalizó y reguló el transporte de menores en los autobuses obligando a incluir cinturones de seguridad en los de nueva matriculación. Pero como un autocar puede tener hasta 15 años para ser empleado como transporte escolar, nos encontramos con que muchos no llevan cinturones. Por si esto fuera poco, la mayoría de los cinturones de los autobuses que sí llevan cinturones de seguridad son de dos puntos en unas butacas que, para más inri, están diseñadas para transportar adultos. Nos encontramos así con la paradoja legal que nos obliga a llevar a nuestros hijos seguros en el coche, cosa estupenda y de la que a estas alturas estamos ya más que concienciados, mientras al cole o de excursión pueden ir, también legalmente, de cualquier manera.
Muchos son los padres, más de los que aparentemente parece, que no están conformes con esta contradicción. Uno de ellos es Mikel Garrido, hoy presidente de la Asociación Nacional de Seguridad Infantil, pero en su día un padre más preocupado de cómo sus hijos iban y venían del colegio. A lo largo de la última década, Mikel no ha cejado en su empeño de que los menores viajen seguros en el autobús aunque no lo obligue la ley. Su odisea en pro de la seguridad infantil en el transporte escolar le llevó a diseñar y patentar un arnés para las butacas de los autobuses, el Kidy Bus Harness, con el que la semana pasada ganaba la primera edición del Premio de Emprendedores y Seguridad Vial de la Fundación Línea Directa.
Sobre el Kidy Bus
El Kidy Bus es la primera silla diseñada específicamente para autobuses que cumple con la normativa europea de seguridad infantil en el transporte. Fabricada según los estándares más estrictos de calidad, su montaje, desmontaje y almacenamiento es tan sencillo que no entorpece la actividad diaria del autobús ni el transporte de otro tipo de usuarios.
Su equivalente sería un SRI del grupo II – III, es decir, para niños de entre 15 y 36 kg. Es válido para la mayoría de modelos de butacas de autobuses y ha superado las pruebas de crash test a 50 km/h en butacas rígidas, minimizando el riesgo de lesiones en las butacas menos rígidas, por lo que cumple con la normativa 44.04 ECE relativa a SRI. Esto último es muy importante porque ningún SRI diseñado para coche soporta el impacto a esta velocidad sobre la butaca de un autobús. ¡La silla del coche no sirve en autocares!
El cuerpo del Kidy Bus es una especie de lona de la que emergen tres correas para su sujeción de forma sencilla al asiento del autobús. Es compatible con las butacas con cinturones de 2 y 3 puntos y para aquellas butacas que no dispongan de cinturón. El arnés que retiene al niño incorpora cierre de cinco puntos. Es decir, dos correas sujetan al peque por los hombros; otras dos, por la zona pélvica; y una última correa sujeta la zona inguinal, impidiendo que el niño pueda escurrirse del dispositvo. El SRI cuenta con un sistema de regulación de altura para poder adaptarlo a la altura de los hombros según la estatura del niño.
Ya no hay excusa, por tanto, para que los niños viajen inseguros en el autobús. Aunque el Kidy Bus, por supuesto, no es obligatorio, de lo que no cabe duda es de que es, a día de hoy, el mejor invento para todas aquellas empresas de transporte que apuestan de verdad por la seguridad de los menores. También lo es para todos aquellos colegios que pretendan dar respuesta a la demanda de seguridad de unos padres cada día más sensibles y concienciados. Ganado el I Premio de la Fundación Línea Directa, el siguiente paso sería, ¿por qué no?, que el Kidy Bus estuviese subvencionado.
Descárgate el Dossier de Presentación de Kidy Bus Harness, pinchando aquí
Para más información sobre el Kidy Bus Harness y Mikel Garrido:
