Deformaciones, oxidación o extremos sin enterrar podrían afectar al correcto funcionamiento de estos elementos en caso de impacto.
Las barreras de seguridad son dispositivos que se sitúan a lo largo de los márgenes exteriores de una carretera o en la mediana para evitar que los vehículos que se salen de la calzada alcancen un obstáculo o desnivel, o invadan otras vías de circulación. Un tipo de siniestro que, en 2014, se cobró la vida del 38% de los fallecidos por siniestro vial.
Al igual que el resto de elementos del viario, el correcto funcionamiento de estos sistemas está sujeto a un adecuado mantenimiento de los mismos, tanto en lo que respecta a la propia barrera como a su instalación. Sin embargo, el último informe sobre “Necesidades de Inversión en Conservación”, desarrollado par la Asociación Española de la Carretera (AEC), revela que el 30% de las barreras de seguridad instaladas están en mal estado o adolecen de una disposición incorrecta.
Los principales defectos detectados por la auditoría de la AEC son oxidación y deformación, uniones no aptas, tramos con alineación incorrecta y extremos no enterrados. El 3,5% de los sistemas de contención metálicos instalados en las carreteras de nuestro país presentan deformaciones, habitualmente debido a impactos tras los cuales la barrera afecta no ha sido sustituida.
Las uniones no aptas (tornillos que faltan o no están bien ajustados) y los tramos con alineación incorrecta (el borde superior del dispositivo ha de mantenerse paralelo al terreno, sin ondulaciones) aparecen en un 8% y un 4% de los casos, respectivamente.
Por último y considerando el peligro que esta situación entraña en caso de impacto, resulta especialmente preocupante el porcentaje de extremos de barrera no enterrados que registra el informe, un 19% para el conjunto de las redes viarias estudiadas. El 9% de las barreras siguen contando con extremos en “cola de pez”, un tratamiento del extremo de la barrera no recomendado en las normativas técnicas en vigor debido al riesgo de empotramiento.
Analizando únicamente las barreras instaladas, es decir, sin evaluar la necesidad de su instalación en aquellos tramos que carecen de ellas, la AEC considera que la inversión necesaria para reponer ese 30% de barreras deterioradas asciende a 229 millones de euros.
Descarga informe completo sobre el examen del estado de la red viaria realizado por AEC pinchando aquí.
Más información en Asociación Española de la Carretera:
@aecarretera