Es una de las noticias de la semana en materia de seguridad vial: “Tráfico fija límites de velocidad temporales en vías interurbanas con elevada circulación de ciclistas”. Hasta el momento unos 50 tramos en 10 provincias de 8 comunidades autónomas que han sido denominadas por la DGT como “Rutas Ciclistas Seguras”.
Cuenca, carretera: CM-2105 (puntos kilométricos 9,000 a 19,500), se reduce la velocidad de 90 a 80 km/h desde junio a septiembre entre las 9:00 y las 14:00 horas los sábados y festivos; misma carretera, CM-215 (puntos kilométricos 21,000 a 28,300), queda limitada la velocidad a 60 km/h (antes 80 km/h), en los mismos días y meses del año. Se trata de una carretera convencional que transita desde la capital hasta la zona de Villalba de la Sierra en paralelo al río Júcar y que por su belleza paisajística –conduce desde Cuenca hasta la Ciudad Encantada y el nacimiento del río Cuervo– dispara la intensidad media de vehículos de los 3.000 diarios a los casi 5.000 en fines de semana, incluyendo numerosos motoristas y ciclistas.
Son dos ejemplos de los casi 50 tramos que recoge la web de la DGT: 17, en Alicante (la provincias que más rutas ha validado); 7, en Soria; 6, en Córdoba y en Murcia; 3, en Cuenca y en Valladolid; y 1, en Cantabria, Jaén, León y Cáceres. En el caso de Alicante y Murcia, por ejemplo, las limitaciones propuestas se extienden a todo el año, de enero a diciembre, y a tramos que ya previamente estaban señalizados como “carretera frecuentada por ciclistas”.
¿Cuál es el objetivo de estas restricciones?
Las bicicletas son el vehículo más vulnerable que circula por la carretera. Baste recordar que en 2014 murieron 79 ciclistas, pero además otros 670 usuarios de la bicicleta resultaron heridos graves y 5.887, heridos leves, la mayor parte de ellos por colisión de la bicicleta con un turismo. Se calcula que el 20% de los ciclista ha sufrido algún tipo de siniestro mientras circulaba en bicicleta.
Los ciclistas siempre han considerado que los coches son los responsables de buena parte de estos siniestros, ya que ni moderan la velocidad cuando les adelantan, ni respetan la distancia lateral de seguridad (1,5 metros). Por lo que al objeto de incrementar la seguridad vial y facilitar la coexistencia de bicicletas y vehículos motor en las vías públicas, la Dirección General de Tráfico, de conformidad con los Ministerios de Interior y de Fomento, resolvieron poner en marcha estas restricciones a la circulación, fijando límites de velocidad en carreteras de alta circulación de ciclistas, en enero de 2015. El primer tramo se estableció en Cáceres, carretera N-630 (puntos kilométricos 559 a 589) el verano pasado.
¿En qué carreteras va a aplicarse?
Atendiendo al objetivo cabría pensar que esta medida debería adoptarse en todas las carreteras convencionales de nuestro país por las que acostumbren a circular ciclistas. Pero como las vías interurbanas son prácticamente en su totalidad titularidad de comunidades autónomas y diputaciones provinciales, son éstas últimas administraciones las que establecen qué tramos de carreteras se convierten en “Rutas Ciclistas Seguras”. Esto es lo que explica el escaso número de tramos y por qué tantas provincias no disponen hasta la fecha de estas rutas.
La DGT facilitó a todas las jefaturas de Tráfico un primer listado de posibles tramos de carretera como itinerarios frecuentados por ciclistas, que a su vez habían sido remitidos a la propia DGT por las federaciones provinciales y autonómicas de ciclismo. Recibida la información, es la jefatura provincial la que define si la ruta es de especial protección a los ciclistas, compartiendo la información con los titulares de la vía, el subsector de la Guardia Civil correspondiente y cualquier otro organismo que se considere procedente. Pero al final son los organismos autónomos de fomento y de tráfico correspondientes, los que validan o rubrican la propuesta.
Los tramos a seleccionar tienen que ser vías de doble sentido, no soportar parte de itinerarios que soporten un alta intensidad de tráfico, no contar con puntos negros o ser tramos de concentración de accidentes y deben presentar buen estado de conservación, especialmente en los arcenes. La longitud máxima de los tramos no superará los 25 kilómetros cuando los arcenes estén pavimentados y 15 kilómetros, si no lo están.
¿Cómo se reconocerán estas rutas?
Todos los tramos estarán señalizados –mediante señalización variable o fija–. Estas señales anuncian el principio y el final de la ruta, las limitaciones de velocidad a las que queda sujeto el tramo y el horario y periodo de aplicación concreto.
(Para finalizar, metemos aquí las dos imágenes de señalización: a la izquierda la limitación y a la derecha, la de fin de la ruta)
