En un comunicado sin precedentes, el fabricante informa que a partir de 2019 dejará de producir vehículos de motor de combustión y solo fabricará híbridos y eléctricos, subrayando su compromiso en minimizar el impacto ambiental al apostar únicamente por un tipo de automoción sostenible, saludable y segura.
El 5 de julio de 2017 será una fecha a recordar. Hakam Samuelsson, consejero delegado de Volvo Cars, y Henrik Green, vicepresidente de investigación y desarrollo de la firma, comparecen en rueda de prensa para anunciar que, a partir de 2019, Volvo to go all electric. Volvo abandonará la producción de coches de motor de combustión y todos los vehículos que se fabriquen tendrán un motor eléctrico.
Volvo se da de plazo hasta 2019 para continuar con la producción de los modelos que tiene en el mercado y concluir su venta. Y entre 2019 y 2021 lanzará cinco nuevos modelos totalmente eléctricos, tres de los cuales a través de Volvo y dos, vehículos eléctricos de alto rendimiento a través de Polestar. El fabricante está haciendo toda una remodelación de su línea de negocio para convertir a Polestar en un marca independiente capaz de competir con Tesla o la gama AMG de Mercedes, entre otras. Estos cinco coches se completarán con una versión híbrida, que combinará un motor de combustión interna y un motor eléctrico. “Este anuncio marca el final del coche propulsado exclusivamente con un motor de combustión –afirmaba Hakan Samuelsson–. Volvo Cars planea vender de aquí a 2025 un millón de vehículos eléctricos. Cuando nos alineamos con los acuerdos contra el cambio climático, lo hacíamos en serio. Así es como vamos a hacerlo”.
Volvo Cars decide este cambio y basa su estrategia en sus clientes. “Es la gente la que nos demanda vehículos eficientes –indica Samuelsson–. A nosotros nos corresponde responder a esa demanda ofreciendo un producto que satisfaga esa necesidad”.
Las ventas de híbridos y eléctricos en España
El futuro del automóvil pasará por la electricidad y los fabricantes se preparan para ello, anticipándose a la regulaciones y normativas internacionales que, antes que después, acabarán llegando. En España, fabricantes y vendedores se han planteado un reto: que los coches eléctricos alcancen una cuota de venta del 10% del total de aquí a 2020. Esto significaría multiplicar por cuatro los resultados de ventas de 2016.
En el primer semestre de 2017 se matricularon en nuestro país 26.979 vehículos híbridos –9 de cada 10, Toyota– y 2.356 vehículos eléctricos, alcanzando una cuota del 4,4% sobre el total de ventas de turismos. Y aún siendo pequeñas, estas cifras pueden estar sobredimensionadas, pues desde comienzos de 2017, la venta de coches es tan baja que los concesionarios, para mantener los objetivos puestos por los fabricantes, se ven obligados a hacer automatriculaciones –el 25% de todas las matriculaciones se hacen los dos últimos días de mes en los mismos puntos de venta–.
Para dar salida a todas estas ventas artificiales, el nuevo Plan MOVEA 2017 ha ampliado sus subvenciones a los vehículos de kilómetro 0 y así facilitar la venta de los vehículos previamente matriculados por los propios concesionarios. Una “burbuja” del automóvil –como en su día fue la inmobiliaria–, que tiene asustado al sector por el riesgo cada vez mayor de que pinche. En este triste contexto, el anuncio de Volvo, al que se cree se sumarán progresivamente otras firmas, constituye todo un balón de oxígeno en un contexto de mercado que, como dice Jaume Roura, presidente de la patronal de los concesionarios FACONAUTO, está en fase de “respiración asistida”.