A falta de medidas concretas en materia de seguridad vial, parece que no queda más remedio que hacer noticia de cada declaración pública de Pere Navarro. Como el mantra del director de la DGT es la velocidad, esta semana le ha tocado al ISA.
Por Maite Cañamares
Pere Navarro, director de la Dirección General de Tráfico, “quiere asistentes de velocidad obligatorios en los coches”, literal de la agencia EFE fielmente reproducido por todos los medios, a falta de especialistas en las redacciones. Lo dijo durante la jornada “Hacia la seguridad de serie en todos los vehículos” organizada por Fundación Mapfre junto al Consejo Europeo de Seguridad del Transporte (ETSC), una reunión cuyo objetivo principal era reivindicar que la seguridad vial no tenga precio y se revisen los estándares de seguridad mínimos legales de los vehículos para que las nuevas tecnología de seguridad se ofrezcan como equipación estándar y no como opciones extras o premium.
Pero el mantra de Pere Navarro es la velocidad y de la jornada solo nos quedó el ISA (sistema inteligente de asistencia a la velocidad). No destacó nadie que, de cara al decenio 2021-2030, se actualizará la legislación europea de seguridad vial, lo que supondrá cambios en las leyes de Tráfico y Seguridad Vial de cada estado miembro de la UE. Continúa obviándose que la Comisión Europea aprobó en pasado mayo un nuevo paquete de medidas que afectará a la seguridad de vehículos e infraestructuras y que dichas medidas pudieron aprobarse porque la ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles) ya ha aceptado incluir de serie en todos los coches nuevos dos nuevos sistemas de seguridad: el frenado automático de emergencia y la advertencia al cambio de carril. Pero hay otros dos sistemas –el ya famoso ISA o asistente de velocidad y el de frenado automático por reconocimiento de peatones y ciclistas– sobre los que aún se negocia.
La UE quiere el ISA y el frenado automático de serie en todos los coches, pero la ACEA le ha recordado al ejecutivo comunitario que las nuevas tecnologías de seguridad de los vehículos solo funcionan dentro de un enfoque integrado de la seguridad que incluye infraestructuras inteligentes y comportamientos más seguros del conductor. Y que esta visión integral tiene que pasar por cambios en la legislación y en las normas de conducción. Esto se debe a que los nuevos sistemas de seguridad inteligente no hacen milagros y funcionan únicamente dentro de unos parámetros de distancia, velocidad, etc., preestablecidos. Por ejemplo, aunque las pruebas del sistema de frenado de emergencia “urbano” se realizan con el vehículo circulando a una velocidad de hasta 50 km/h, los resultados más satisfactorios se logran a 30 km/h.
El ISA, por tanto, va mucho más allá del manido sesgo de los límites de velocidad para reducir la siniestralidad vial. Polarizar el tema únicamente en esta dirección puede llevarnos a olvidar otro asunto aún más importantes como es que el mercado de automóviles esté prácticamente dividido en dos segmentos: el de coches baratos, equipados únicamente con los sistemas de seguridad obligatorios; y el de los modelos premium, obviamente mucho más caros, dotados con tecnologías avanzadas de seguridad.
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https://feuvertenmarcha.org/la-seguridad-hay-que-pagarla/
