El frío ya está aquí con temperaturas mañaneras que, en ocasiones, cortan la respiración. Para evitar que el coche se “congele”, al menos una vez al mes revisa el nivel de refrigerante/anticongelante.
El anticongelante es un compuesto que lleva incorporado el líquido refrigerante que cuida y mantiene limpio el circuito de refrigeración del motor de nuestro coche. Este compuesto se añade al refrigerante para que este no se congele a temperatura bajas. Es un producto preparado a base de etilen-glicol y agua. Existen distintas variedades, dependiendo de la concentración de etilen-glicol. Las más frecuentes son:
- 10% (intervalo de temperatura -4ºC a 102ºC)
- 25% (intervalo de temperatura -12,5ºC a 103ºC) y
- 50% (intervalo de temperatura -37ºC a 108ºC).
No es recomendable utilizar menos de un 25% de concentración de etilen-glicol, puesto que puede originar problemas de corrosión.
La función anticongelante es absorber el calor generado por el motor y trasladarlo a la atmósfera a través del radiador. Debe ser un líquido con un alto poder de transmisión calorífico y alta resistencia a la oxidación y deterioro. Es recomendable que tenga una temperatura de congelación lo más baja posible, para que no se congele en invierno. En caso de suceder esto, como aumenta su volumen, corremos el riesgo de que se rompan los conductos por los que circula dentro del motor, averiando éste de forma grave. Es un líquido que se va deteriorando según vamos usando nuestro vehículo, y al hacerlo, su temperatura de congelación va siendo cada vez menor, lo que es peligroso.
Si el líquido refrigerante/anticongelante no está en buen estado pueda ocurrir que:
- Pierda sus propiedades de transmisor de calor porque se ha contaminado con el tiempo, ocasionando un calentamiento excesivo del motor y pudiendo ocasionar una avería grave.
- Pierda sus propiedades de temperatura de congelación, existiendo el peligro de que llegue a congelarse en un día frío, rompiendo el circuito o incluso el bloque motor.
Es recomendable cambiar el líquido anticongelante cada 2 años o 40.000 km. Comprueba en el libro de mantenimiento del vehículo cuando se debe cambiar y qué tipo de líquido anticongelante es el adecuado.
Revisa si el líquido está en un nivel correcto, al menos, una vez al mes. Esta operación puedes hacerla tú mismo chequeando el nivel del depósito del líquido refrigerante/anticongelante. ¡OJO! Hazlo siempre con el motor frío. Si abres el tapón del radiador del depósito con el motor caliente puedes producirte graves quemaduras.
Rellena si es necesario con el mismo tipo de anticongelante (nunca agua del grifo). Si observas que tienes que rellenar demasiado, puede que el circuito tenga una fuga. En ese caso es mejor llevar el coche al taller.
En talleres como FeuVert disponen de equipos especializados para comprobar la temperatura de congelación del líquido y de máquinas que permiten la correcta ejecución del cambio de líquido y gestión del tratamiento del residuo generado (el anticongelante es un residuo contaminante que debe ser entregado a gestores autorizados para su reciclado.