Pronto llegarán las primeras nevadas y, con ellas, las alertas amarillas por nieve y los protocolos preventivos de tráfico dentro de los planes de viabilidad invernal. En zonas donde las inclemencias climáticas son habitualmente más duras, como el Norte de España, es mejor olvidarse de las cadenas y equipar al vehículo con neumáticos de invierno. Pero, ¿por qué?
La cadenas no son siempre esa panacea universal que todos pensamos. En ocasiones puntuales, de hecho, complican más que solucionan la circulación en condiciones de nieve, ya de por sí difíciles, en determinadas zonas de nuestro país. Para empezar, porque su colocación crea ya una situación de riesgo al tener que detener el coche en los estrechos arcenes de nuestras vías, exponiéndonos a un siniestro por alcance e, incluso, a un atropello. Además, porque el hecho de que muchos conductores tengan que parar a realizar la misma operación, provoca atascos y embolsamientos de vehículos que aumentan la probabilidad de incidentes. Y por último porque, si para colmo, se trata de una carretera con túneles, los conductores tendrían que detenerse a la entrada de cada túnel a desmontar cadenas y al salir, a volver a montarlas.
¿Qué se ha hecho durante décadas cuando confluían estas tres circunstancias (necesidad de cadenas + muchos vehículos + túneles)? Cerrar la carretera. Aunque la nieve no supusiese un riesgo para la circulación por pérdida de adherencia a los vehículos equipados con neumáticos de invierno. Pero desde hace un par de años hasta hoy, coincidiendo con que cada día son más los vehículos equipados con este tipo de neumáticos, la DGT nos permite circular si llevamos neumáticos de invierno, manteniendo la vía cerrada para el resto.
Se trata así de no perjudicar a los conductores que, equipados convenientemente, también eran bloqueados en los puntos de corte. La decisión, eso sí, depende en cada circunstancia de la Agrupación de Tráfico a cargo en ese momento. Pero ha funcionado con éxito durante los dos últimos años en la A-67, entre Palencia y Cantabria; en la AP-6, a la altura del túnel de Guadarrama; etc., etc…
Ventajas de los neumáticos de invierno
Para los que viven en centro y sur peninsular, evidentemente, ninguna. En este caso, para un viaje ocasional por zonas de nieve, lo mejor es continuar optando por las cadenas o, mejor aún, por neumáticos all season (todo tiempo). Pero si vivimos en el Norte de España, más en zonas donde las inclemencias climáticas son habituales, o frecuentamos estaciones de esquí, que nuestro vehículo equipe neumáticos de invierno es todo ventajas:
- Evitamos la complicada y peligrosa operación de colocar las cadenas deteniéndonos en el arcén. Y no porque el montaje sea en sí complicado –aunque el 80% de los conductores confiesa no saber hacerlo–, sino por el riesgo que implica la parada. Evitamos de paso pasar frío y mancharnos con las ruedas sucias y mojadas. Y obviamente, ahorramos tener que volver a pararnos para desmontar las cadenas, si la nieve desaparece de la calzada.
- Los neumáticos de invierno mejoran la adherencia, la tracción y la frenada de nuestro vehículo, no solo en condiciones de nieve, también con lluvia o pavimento con hielo. Nuestra seguridad se incrementa, al tener mayor control del vehículo, porque los neumáticos de invierno son mucho más seguros que los convencionales en cualquier circunstancia de asfalto –seco, mojado, helado…– cuando la temperatura de este último está por debajo de los 7º.
- Al ir montados sobre ambos ejes y no solo en el eje motriz como las cadenas, se mantiene el perfecto funcionamiento de todos los sistemas de seguridad del vehículo –ABS, control de tracción y de estabilidad, entre otros–. Y, por supuesto, descartamos averías mecánicas o en la carrocería por un mal montaje o rotura de las cadenas.
- Finalmente y aunque, efectivamente, a priori, equipar al vehículo con neumáticos de invierno supone un gasto económico importante, es fundamental desmitificar que se trata de una inversión cara. De hecho, son los neumáticos convencionales los que, usados en condiciones invernales, se desgastan mucho, acortando su vida útil en exceso. Usando los neumáticos de invierno estacionalmente y guardándolos adecuadamente –Feu Vert, por ejemplo, dispone de servicio de custodia de neumáticos–, tendremos dos juegos de cubiertas que nos durarán mucho más, lo que supone un ahorro para nuestro bolsillo.