¿Quién no tiene en la actualidad un amigo que adquiere por Internet repuestos “pirata” o de segunda mano? La decisión última sobre qué tipo de recambio montar en nuestro vehículo tiene que basarse en parámetros de seguridad y para ello hay que elegir, siempre, recambios de calidad.
Los talleres profesionales trabajan exclusivamente con recambios de originales o de calidad equivalente. Y no por estrategia comercial o publicitaria, si no de cara a proteger los derechos del consumidor y ofrecer las mejores garantías de seguridad. De hecho, y pese al desconocimiento general, los servicios de repuestos para el automóvil están regulados por una normativa europea, la 461/2010, también conocida como la Euro V. Esta normativa divide los componentes o recambios para el coche en:
- Recambios originales: aquellos que se fabrican siguiendo las especificaciones y normas de producción establecidas por el propio fabricante del vehículo, incluyendo los propios componentes usados en la línea de producción y montaje.
- Recambios de calidad equivalente: aquellos cuyo certificado garantiza que, sin ser los originales, son de la misma calidad que los componentes que se utilizan en el montaje de los vehículos.
- Accesorios: Piezas que no se incorporan de serie y piezas para la personalización de los vehículos.
En la práctica, tanto recambios originales como recambios de calidad equivalente son componentes de primerísima calidad, al estar montados por fabricantes de primer nivel que responden y dan cumplimiento a las más exigentes normas en materia de seguridad y medio ambiente. Es más, dado el caso, hasta es fácil que en nuestro taller de confianza puedan a llegar a recomendarnos un recambio de calidad equivalente muy superior en prestaciones al recambio original usado en el montaje del coche, dada la innovación constante a la que se someten estos repuestos. Lo que nunca nos aconsejarán en un taller profesional es que, por ahorrar unos eurillos, elijamos un recambio pirata o falsificado o un componente usado que no proceda de un Centro Autorizado de Tratamiento (CAT), dado que el taller en cuestión estaría incurriendo en un delito por instalar y comercializar productos falsificados.
Pastillas y discos de freno, amortiguadores, baterías, bujías y filtros… Según la Agencia Tributaria solo en 2016 el Departamento de Aduanas incautó más de 2,5 millones de productos falsificados procedentes de países asiáticos que no han sido sometidos a ninguna prueba ni ensayo, con las consecuencias que ello puede suponer en materia de seguridad vial. Reconocerlos a nivel usuario es muy difícil, por eso el mejor consejo para evitar estas falsificaciones es poner el coche siempre en manos de auténticos profesionales, los únicos que sabrán asesorarnos sobre el mejor recambio para nuestro vehículo.
