A finales de otoño, durante la planificación y puesta en marcha de los planes de viabilidad invernal, en medios regionales y locales de Castilla y León y de Cantabria se publicaba que, en caso de nevadas, Tráfico solo permitiría circular en la A-67 a vehículos equipados con neumáticos de invierno. Imposible no acordarse de la A-67 tras el infernal caos vivido el día de Reyes en la AP-6. En febrero de 2015, la Unidad Militar de Emergencias también tuvo que intervenir para rescatar a cientos de personas atrapadas en la autovía que une Palencia y Cantabria.
En esta ocasión el escenario del caos ha sido la AP-6, una autopista de peaje de 70 kilómetros que une las localidades de Villalba (Madrid) y Adanero (Ávila), cuya concesionaria es Iberpistas, propiedad de Abertis. En 2015, fue la A-67, perteneciente a la Red de Carreteras del Estado, en un tramo de 50 kilómetros entre Aguilar de Campoo (Palencia) y Arenas de Iguña (Cantabria). El día de Reyes, los vehículos quedaron atrapados en medio de la calzada; en 2015, no bloqueaban la vía, ni imposibilitaban el paso de quitanieves, porque ya habían sido desviados por la Guardia Civil. Activada la alerta amarilla por nieve y puestos en marcha todos los protocolos preventivos, no se pudo evitar el embolsamiento de coches por mucho que estos últimos llevasen responsablemente las cadenas. Pero, ¿por qué?
Porque las cadenas no son esa panacea universal que todos podíamos imaginar y en muchas ocasiones complican más que solucionan la circulación en condiciones ya de por sí difíciles. Para empezar, su colocación crea ya una situación de auténtico riesgo bien conocida por todos los miembros de las agrupaciones de tráfico y no precisamente porque vayas a pillarte un dedo con ellas –que también, si no sabes ponerlas–, si no porque por detener el coche en los estrechos arcenes de nuestras vías, ya estás expuesto a un siniestro por alcance e, incluso, a un atropello. Además el hecho de que muchos conductores tengan que parar a realizar la misma operación, provoca atascos y embolsamientos que aumentan la probabilidad de incidentes. En la A-67 esto es una constante, dado que al tratarse de un largo tramo de montaña, los usuarios están obligados a detenerse a la entrada de cada túnel a desmontar cadenas y al salir, tienen que volver a parar para montarlas de nuevo. ¡Y todo este proceso, cruzando dedos para que no se quede ni un solo vehículo cruzado o inmovilizado impidiendo la circulación de todos los demás sin excepción!
¿Cuál es el protocolo habitual entonces? Cerrar la carretera aunque la nieve caída no suponga riesgo para la circulación por pérdida de adherencia a los vehículos equipados neumáticos de invierno. Porque entre colocar cadenas y usar neumáticos de invierno hay un abismo:
- la primera ventaja, te evitas la complicada y peligrosa operación de colocar las cadenas deteniéndote en calzadas sin arcenes de seguridad;
- los neumáticos de invierno te permiten alcanzar cotas de seguridad muy superiores, mejorando la tracción y el agarre, aportando un mayor control del vehículo y reduciendo la distancia de frenada;
- al ir montados sobre en ambos ejes y no solo en el eje motriz, se mantiene el perfecto funcionamiento de los sistemas de seguridad del vehículo –ABS, control de tracción y control de estabilidad, entre otros muchos otros que pueda equipar el coche–;
- mientras que las cadenas son una solución de emergencia para la nieve, los neumáticos de invierno son útiles y mucho más seguros que los convencionales en cualquier circunstancia del asfalto –seco, mojado, helado…– con temperaturas por debajo de los 7º;
- y aunque efectivamente, a priori suponen un gasto económico importante, conviene desmitificar que son una cara inversión. De hecho, los neumáticos de verano, utilizados en condiciones invernales, sufren mucho desgaste que acaba reduciendo su vida útil. Así, si se cambian los neumáticos de verano por los de invierno cuando es el momento y se guardan adecuadamente, ambos juegos de cubiertas durarán mucho más, lo que supondrá un ahorro para tu bolsillo.
El sentido común de las Jefaturas de Tráfico de Palencia y Cantabria
Y explicado todo lo anterior, ¿qué decisión han adoptado los responsables de la viabilidad invernal de la A-67? Que como por la existencia de túneles se desaconseja el uso de cadenas, cuando las condiciones de nieve caída no supongan un riesgo para los turismos que dispongan de neumáticos de invierno, serán estos últimos los que podrán circular, manteniéndose la autovía cerrada para el resto.
Se trata así de no desfavorecer a los conductores que, equipados conveniente, hasta ahora también eran “bloqueados” en los puntos de corte o embolsamientos de vehículos habituales. Una solución de sentido común para la que, eso sí, ni existe circular interna y cuya aplicación, según hemos podido confirmar, dependerá en cada circunstancia del mando de la Agrupación de Tráfico que en cada momento esté a cargo.
Nota de la redacción:
Publicada la información de que Tráfico permitiría circular en la A-67 con neumáticos de invierno solicitamos a la Dirección General de Tráfico información sobre esta decisión, su posible alcance y si la medida podría aplicarse en otras carreteras de la red nacional que son cortadas porque el uso de cadenas es contraproducente pero podrían mantenerse abiertas a la circulación usando neumáticos de invierno. Hasta la fecha no ha habido respuesta.
Por otro lado, agradecemos a los compañeros de Cantabria todas las explicaciones dadas sobre esta medida tomada, como siempre, para facilitar y ayudar a los conductores en condiciones difíciles.
