La gran mayoría de los accidentes que se producen por fallo mecánico, podrían haberse evitado con un mantenimiento adecuado. Todos los coches llevan instalados elementos de seguridad que debemos conocer y, sobre todo, utilizar correctamente. Los elementos de seguridad activa son los que recuden la posibilidad de que se produzca un accidente, actuando antes de éste, ya sea de forma automática o por la intervención del conductor. Por su parte los elementos de seguridad pasiva son los que no pueden evitar el accidente, pero actúan para reducir la gravedad del mismo, como los airbags y cinturones de seguridad. El tema es de manual de autoescuela, pero nunca está de más que los vayamos repasando uno a uno. En esta ocasión centrándonos en los elementos de seguridad activa.
Las luces
Su misión es permitir ver y ser vistos. Debemos comprobar periódicamente su correcto funcionamiento y no descuidar su uso, por ejemplo, realizando un cambio de dirección sin usar los intermitentes. Los últimos avances en cuanto a sistemas de alumbrado son:
- Lámparas xenón o bi-xenón, que emiten una luz más parecida a la luz natural, reduciendo la fatiga ocular y la posibilidad de deslumbrar a otros conductores.
- Luces adaptativas, que siguen la trayectoria del coche, por ejemplo, en las curvas.
- Luces de día, de tecnología LED de bajo consumo para hacer más visible el vehículo.
Los neumáticos
Los neumáticos son los causantes de la mayoría de los accidentes debidos a fallos metálicos. En la parte lateral, encontramos su tipo y características, así como la carga o velocidad máxima que puede soportar, además de su fecha de fabricación:
- Dimensiones del neumático, indica el ancho en milímetros y el perfil.
- Estructura, lo que determina si son diagonales y radiales. La mayoría de los vehículos acutales utiliza los de tipo radial (R) por ofrecer mayor adherencia y rendimiento kilométrico.
- Diámetro de la llanta, en pulgadas, sobre la que se montará el neumático.
- Índice de carga o carga máxima que puede transportar el neumático. Siempre debe ser igual o superior al recomendado por el fabricante.
- El código de velocidad, o velocidad máxima a la que puede circular el neumático. También debe ser igual o mayor al recomendado por el fabricante. Un código S, por ejemplo, indica una velocidad máxima de 180 km/h.
- Fecha de fabricación (semana+año): es recomendable que el neumático no tenga más de 5 años, ya que el caucho se endurece y pierde su capacidad de adherencia.
La parte plana del neumático, la banda de rodadura, es la que sufre más desgaste y, por seguridad, es conveniente comprobar que la profundidad de las ranura de su dibujo no es inferior a los 1,6 milímetros. Para facilitarnos esta tarea, los neumáticos llevan unos indicadores denominados TWI de esta misma altura dentro de las ranuras del dibujo. Cuando el dibujo queda al mismo nivel que dichos indiacadores es cuando debemos cambiar el neumático.
Los frenos
Su función es disminuir progresivamente la velocidad de nuestro vehículo o, cuando ya se encuentra inmóvil, mantenerlo detenido. Los más utilizados son los de disco y los de tambor. Desde 2004 es obligatorio que todos los coches fabricados en la Unión Europea lleven instalado un sistema antibloque ABS como equipamiento de serie. Pero, ¿por qué es éste tan importante para nuestra seguridad?
Al frenar de forma bruca exite el peligro de que las ruedas quedden bloqueadas, con la consiguiente pérdida de control del vehículo. Para que esto no ocurra, existe el sistema ABS. Si una frenada bruca una o varias ruedas reducen repentinamente su velocidad, el ABS “interpreta” que las ruedas están a punto de bloquearse sin que el coche se haya parado. En ese momento, el ABS reduce automáticamente la presión que usted realiza sobre los frenos, permitiendo que las ruedas sigan girando sin llegar a bloquearse.
Se preguntará, y con razón, ¿cómo hacer entonces una frenada de emergencia? Si dispone de sistema ABS, pise a fondo el pedal del freno y no levante el pie hasta que el coche ya se haya detenido (al entrar en funcionamiento el sistema ABS, notará un leve temblor en el pedal, pero que es del todo normal); y sin sistema ABS, pise con fuerza el pedal del freno y reduzca progresivamente la presión a medida que el vehículo va perdiendo velocidad.
Suspensión y amortiguación
El sistema de suspensión y amortiguazión es el encargado de mantener el contacto del vehículo con el asfalto garantizando su estabilidad. Cuando se encuentra en mal estado, disminuye la estabilidad y el confort, aumenta la distancia de frenado y las lucen tienden a oscilar circulando de noche.