Recurrimos al coche por comodidad, incluso para hacer distancias muy cortas. Obviamos el gasto en combustible, las dificultades para aparcar, y tiramos de coche hasta para ir a comprar el pan.
Pasar de conductores a peatones no solo tiene ventajas para la movilidad y el medio ambiente. Aporta multitud de beneficios al organismo, ayudándonos a estar más guapos y más sanos.
Septiembre es uno de los dos meses del año –junto con enero– en el que se inician más dietas de adelgazamiento. De las vacaciones son muchos los que se traen un nuevo compañero de viaje: los kilos de más. De media los españoles engordan 5 kilos en verano. Eliminarlos a veces es tan sencillo como cambiar de hábitos: aparcar el coche y ponerse a andar. Caminar ayuda a quemar grasas, libera endorfinas –las hormonas de la felicidad–, tonifica corazón y pulmones, fortalece los huesos, reduce el apetito… ¿A qué esperas? Deja el coche en el garaje y empieza a andar.
Consejos para empezar
- Pasito a pasito… Sin prisas, pero todos los días. Importa tanto la cantidad como la constancia. Primero, nos acostumbramos a descartar el coche para esas pequeñas compras diarias que pueden hacerse cerca de casa; después, para llevar y traer a los niños del colegio. Todos los trayectos que duren menos de 20 minutos a pie, podemos hacerlos andando.
- Acelera el paso… Se quema un tercio más de calorías cuando se camina rápido que cuando se pasea. Para que te hagas una idea: andar 3 kilómetros en una hora quema 210 calorías, pero si caminas 6 kilómetros en el mismo tiempo, consumirás casi 400. Al final caerás en la cuenta de que, en determinados trayectos, tardas menos andando que en coche.
Aprende a caminar
- Usa calzado adecuado. Debe cumplir los siguientes requisitos: tener suela extraflexible, un buen amortiguamiento en el talón, un soporte arqueado adecuado y una cobertura transpirable que deje circular el aire y libere la humedad.
- Adopta una buena postura. Como sentados al volante, la posición al andar debe ser la adecuada. Mantén el cuello recto, los hombros relajados y el pecho alto. Al caminar, apoya primero el talón, luego la base y balancea el pie hacia delante. Parece obvio, pero según aumentes la velocidad del paso más difícil te resultará sin adquirir hábitos incorrectos. Y no olvides balancear los brazos adelante y atrás enérgicamente. Te ayudará a mantener el equilibrio y tonificar los músculos superiores.
- Calienta al empezar y estira al acabar. Es imprescindible para evitar lesiones. Basta con 5 minutos de calentamiento al empezar y 5 de estiramiento cuando acabes, pero no te los saltes nunca.
- Controla el ritmo cardiaco. Debes tomarlo colocando el índice y los dedos medios en el lateral del cuello o en la muñeca. Cuenta 10 segundos y multiplica el resultado por 6, así sabrás el número de latidos de tu corazón por minuto. Una persona sedentaria, de unos 45 años, debería tener un ritmo cardíaco de entre 105 y 158 mientras practica ejercicio. Pero cuanto más bajo se tenga, mejor. Tu ritmo cardíaco irá bajando según te vayas poniendo en forma y hacer ejercicio caminando te resulte, progresivamente, menos fatigoso.
- La cantidad. Para empezar, se recomienda caminar media hora, tres días a la semana. Al cabo de una semanas, se debe andar de cinco a seis días por semana, aumentando el tiempo de la caminata.
Por los niños
Los niños deben tener muchas posibilidades de jugar, correr, montar en bicicleta y practicar deportes durante el día. Los pediatras recomiendan al menos 60 minutos de actividad moderada todos los días. Así, mantendrán un peso saludable, sus huesos y músculos se desarrollarán sanos y tendrán menos riesgos de padecer cardiopatías y diabetes. Convierte el hecho de caminar en una parte de la rutina diaria de la familia. Una de las cosas cotidianas que puedes hacer con tu hijo para mantenerle activo y sanos es ir caminando al colegio.